Esas fueron algunas de las propuestas presentadas en la reunión que tuvo lugar ayer pasadas las nueve de la noche en la Alameda Moreno de Guerra y que reunió a medio centenar de comerciantes afectados por los trabajos del tranvía, que ven cómo después de casi tres meses de obras en los que están perdiendo dinero y salud -sólo hay que estar allí cinco minutos para intentar adivinar lo que son ocho horas con ese ruido- sin que nadie les eche una mano.
Entre las medidas propuestas está la única que puede resarcir en parte las pérdidas, aunque sean las económicas, y es pedir a la Junta de Andalucía y al Ayuntamiento daños y perjuicios a través de escritos perfectamente detallados en los que expongan lo perdido.
Anoche partían con la seguridad de que nadie los va a escuchar pero con la convicción de que no se pueden quedar quietos ante lo que consideran un “desmadre” en los trabajos y un plan que obra que los ha “ ninguneado”. Y el problema es que no saben cuándo van a terminar los tramos de 120 metros y dos meses.
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