Casi ocho meses después de perder el Gobierno andaluz en las elecciones del pasado 2D, empiezan a producirse movimientos realmente de calado en el PSOE andaluz. El primero de ellos tomará forma este lunes, cuando en la Comisión Ejecutiva Regional se aborde una remodelación del grupo parlamentario socialista que tendrá su aspecto más visible en el relevo de su portavoz, Mario Jiménez, por José Fiscal, exconsejero de Medio Ambiente y actual coordinador de la Secretaría General del PSOE-A.
Los cambios que va a acometer la secretaria general de los socialistas andaluces, Susana Díaz, se interpretan por un lado como un gesto para la dirección federal del partido, pero por otro se le da también una lectura en clave de crisis interna. En este sentido, Díaz y Jiménez se habrían distanciado desde hace meses y prácticamente no existe comunicación entre ellos, pese a que durante años el todavía portavoz ha formado parte del círculo de máxima confianza de la expresidenta andaluza. En los últimos meses, en cambio, habría mostrado de manera interna su desacuerdo con la línea política seguida en Andalucía que, durante muchos meses, llevó a un intenso enfrentamiento con el secretario general y presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez.
Mario Jiménez fue también portavoz de la gestora que se constituyó tras la salida de Pedro Sánchez de la Secretaría General socialista en 2016 y durante estos años se ha significado muy especialmente en defensa de Díaz en las guerras internas desatadas en el PSOE. Todo apunta, no obstante, a que la cabeza de Jiménez no ha sido una petición de la dirección nacional en Ferraz, sino que su decisión de apartarlo habría sido de la propia Díaz.
Al cerrarle esta puerta, a Jiménez se le habría abierto la de ser senador en representación de la comunicad autónoma en sustitución del recientemente fallecido José Muñoz, una opción que habría descartado para seguir en el grupo parlamentario socialista como parlamentario raso. Esto ha llevado a que finalmente se vaya a designar senador al exviceconsejero de Presidencia, Fernando López Gil, que estaba a punto de incorporarse como máximo responsable del Instituto de Empleo y Desarrollo Tecnológico de la Diputación de Cádiz. Curiosamente, López Gil fue rechazado por la dirección federal del PSOE como candidato al Senado en las elecciones del 28 de abril.
Lo que sí se ha pactado con Ferraz ha sido la entrada en la Ejecutiva regional socialista de voces más afines a Pedro Sánchez, en lo que se entiende como un gesto más en la normalización de las relaciones entre ambas partes que empezó a escenificarse en mayo. En principio no está previsto que salga nadie de la Ejecutiva, a la que sí se incorporaría el cordobés Joaquín Dobládez, del sector sanchista del partido y actual jefe de gabinete de la Subdelegación del Gobierno central en Córdoba.
Por lo que respecta al grupo parlamentario, la reestructuración sería más profunda más allá del relevo en la portavocía. Se da por hecho que varios diputados cambiarán de funciones, en un intento de revitalizar una labor de oposición que hasta la fecha no ha sido especialmente brillante y que no ha supuesto el más mínimo problema para el Gobierno que conforman PP y Cs.
Desde el PSOE andaluz se niega que estos cambios sean reflejo de una crisis interna y lo enmarcan en movimientos tendentes a mejorar la labor de oposición. La remodelación se va a acometer a las puertas de agosto, lo que los socialistas explican subrayando que es el mejor momento porque acaba de concluir el periodo de sesiones y para así volver de las vacaciones con la nueva estructura ya en marcha.
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