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Jaén, a últimos de julio

La última semana completa del mes de julio, además de calor sofocante, aporta en clave de previsión estrella la sesión de investidura en el Congreso...

Publicado: 21/07/2019 ·
22:46
· Actualizado: 21/07/2019 · 22:47
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Autor

Manuel Expósito

Director general de Gestión de Medios Jiennenses

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El blog Expositor se centra en la crónica política de la semana en Jaén y provincia

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La última semana completa del mes de julio, además de calor sofocante, aporta en clave de previsión estrella la sesión de investidura en el Congreso del candidato socialista a la presidencia, Pedro Sánchez. La renuncia a regañadientes de Pablo Iglesias, líder de Unidas Podemos, a formar parte del hipotético Ejecutivo de coalición resultante, allana teóricamente el camino hacia una gobernabilidad que se ha puesto muy cara al partido ganador de las ya lejanas Elecciones Generales del 28A. Pareciera que la única salida constitucionalista fuese pactar con PP y Cs la aplicación inmediata del artículo 155 en Cataluña a cambio de una investidura preñada de veladas amenazas. No aprenderemos nunca. Hace ya 44 años, cuando Franco agonizaba, y las dos conjunciones de oposición firme al régimen dictatorial, Plataforma de Convergencia Democrática y Junta Democrática, consensuaban el camino de una transición hacia las libertades basada en una ruptura sin sangre, todas las formaciones integradas en ambos conciliábulos, desde los democristianos a los comunistas, consideraban indispensable la asunción del compromiso “de reconocimiento de la libertad de los diferentes pueblos y el desenvolvimiento de su personalidad” hasta desembocar en la afirmación de que existen nacionalidades y regiones con personalidad étnica, histórica y cultural propia y el consiguiente “reconocimiento del derecho de autodeterminación de las mismas”, preferiblemente en el marco de una Constitución federal. Y de aquellas ambigüedades y autocensuras a la catalanización de la mordida 3 por ciento y las prerrogativas contenidas en el concierto vasco, sólo distaba un paso. Por todo ello, hoy, la investidura de Pedro Sánchez depende de la conformación del primer gobierno de coalición de izquierdas tras la II República, a partir de la complicidad, en forma de abstención, en segunda votación, de buena parte del nacionalismo independentista. Y en esas estamos, entre una investidura plausible que demonizaría inmediatamente media España y una repetición electoral en el mes de los muertos que no conduciría a nada nuevo.

Paradójicamente, en una provincia atrasada como la nuestra, que bien podría abominar de un autonomismo de dos velocidades que nos condenó históricamente al furgón de cola, la confirmación de un gobierno de coalición PSOE-UP acentuaría más aún si cabe en Jaén el atolondramiento oficialista, es decir, cualquiera de los dirigentes jienenses de PSOE, PP, Cs, UP y Vox se erigirían en defensores a ultranza de la labor del gobierno de turno, ya fuera autonómico o estatal. Toda la clase política de Jaén, pues, sería, de una u otra manera, progubernamental, cuando Jaén anda tan necesitada de adalides del inconformismo y de la rebelión cívica.  Jaén no puede tener en la Carrera de San Jerónimo o en Las Cinco Llagas a parlamentarios adiestrados para ver sólo la paja en el ojo ajeno. Menos mal que, de puertas adentro, en términos de micropolítica, de gestión de andar por casa, hay cambios que casi siempre se traslucen en positivo por cuanto en los estados vegetativos persistentes, como el que presenta el Ayuntamiento de Jaén, la modificación de las pautas establecidas insufla alguna esperanza. Véase la consideración y el tacto en el trato dispensados por Julio Millán y cía. a la pléyade de cualificados empleados públicos, afines al anterior equipo de Gobierno, cargos de confianza elevados en muchos casos a la categoría de personal laboral fijo o indefinido, que no sólo siguen en sus puestos de trabajo, sin razias ni traslados forzosos, sino que además lo hacen en un marco de relaciones más fluidas. Pese a la armonía reinante, el reverdecido judicialmente traslado del Hípico, el incumplimiento de sendos convenios urbanísticos de 2009, que costará la friolera de 4 millones de euros, según ratifica el Tribunal Supremo (TS), resucita viejas controversias entre PSOE y PP que dirimen en redes José Manuel Higueras y Miguel Segovia. ¿Qué fue del macroaparcamiento proyectado? ¿Y de los más de 3,4 mill. € que recibiría por el terreno alternativo expropiado, en Cerro Molina, la constructora Fuconsa? ¿Y el medio kilo compensatorio añadido prometido al Club Hípico? Lo que Carmen Pura principió y José Enrique convirtió en papel mojado: la puñetera cultura cainita de cargarse, nada más entrar, los proyectos del anterior, que es la dinámica perniciosa que procura ahora subvertir el Gobierno de Julio Millán. Mientras, en Diputación, con la vicepresidencia primera y su dedicación plena a las tareas de la corporación provincial, Paco Reyes señala la identidad de su sucesora en caso de que éste sea su último mandato: Paqui Medina. Y así suena, a últimos de julio, la Jaén política. Ritmos reconocibles, a lo ‘a guan ba buluba balam bambú’, versionados a lo pobre. Ouié.

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