En román paladino

Cuanto peor, peor

No es mal enemigo el que le ha surgido en Cataluña a Ciudadanos

Publicado: 20/06/2019 ·
09:36
· Actualizado: 20/06/2019 · 09:36
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Autor

Rafael Román

Rafael Román es profesor universitario, miembro del PSOE, exconsejero de Cultura y expresidente de la Diputación de Cádiz

En román paladino

El autor aborda en su espacio todos los aspectos de la actualidad política tanto de España, Andalucía y la provincia de Cádiz.

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Ese ha sido el argumento que ha empleado el ex primer ministro francés  en su comparecencia ayer  en el ayuntamiento de Barcelona. Es el juego al que se emplean a fondo algunos – o muchos – políticos en España.  Ha sido un caso paradigmático la elección de la alcaldesa de Barcelona, que tiene tantos admiradores como personas que le profesan  una tirria profunda.  La decisión de Manuel Valls va en la dirección de evitar el mal mayor, con el mal menor. Ante lo malo y lo peor –a su juicio- Valls escogió lo menos malo. Entre un independentista y una no independentista – aunque su primera decisión fue colocar un lazo amarillo en la fachada del ayuntamiento-  la opción de los socialistas catalanes y de los tres concejales –ahora dos-  de Valls fue poner a Ada Colau en uno de los dos grandes sillones de la Plaza de San Jaime, el de  la alcaldía.

Las andanadas que está recibiendo el partido de Albert Rivera por su escoramiento, sin freno ni marcha atrás,  hacia la derecha ha encontrado  un coro continuado  de críticas,  desconocido para este partido que era “la niña bonita”   de los poderes económicos y mediáticos de España hasta la moción de censura de Pedro Sánchez. El que se lleva la palma en la crítica es precisamente su candidato por Barcelona. Valls y Ciudadanos han roto y el político franco-español ha manifestado que   "Ciudadanos se ha convertido en el partido que pacta de hecho con una formación iliberal, reaccionaria y anti-europea”. No es mal enemigo el que le ha surgido en Cataluña a Ciudadanos en su cuna, desde donde partió en su expansión por España.  Le ha negado estrategia  porque era un partido“liberal, progresista, centrado y europeísta”y ha devenido en un partido sectario.

Era Weber el que decía que no había más que dos pecados mortales en el terreno de la política: “la ausencia de finalidades objetivas y la falta de responsabilidad”. Ambas carencias han sido más que visibles en todas las últimas decisiones de Rivera. No querer apartar a Rajoy, cuando el PP fue condenado por corrupción, asistir a la fiesta de Colón con un partido que aún era extraparlamentario y que presumía de misógino y franquista, pactar sólo con la derecha y finalmente negarse a cualquier arreglo con los socialistas, a los que ha marcado con un veto incomprensible para sus propios votantes.

 

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