Teología de Málaga

Teología de Málaga. Pacteleo

El pasteleo es un clásico de la política española. Al viejo Martínez de la Rosa lo bautizaron como Rosita la Pastelera por su habilidad para negociar

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El pasteleo es un clásico de la política española. Al viejo Martínez de la Rosa lo bautizaron como Rosita la Pastelera por su habilidad para negociar. Aquel político andaluz, varias veces ministro, presidente del Congreso y presidente del Gobierno entre los reinados de Fernando VII e Isabel II, tenía el don de enredar en las componendas políticas hasta salirse con la suya. Y en esa asignatura del pasteleo se están examinando en este momento De la Torre y Juan Cassá como tantos otros. O si que quiere, llamémosle pacteleo: el pasteleo de los pactos.

Al alcalde de Málaga es improbable que nadie vaya a llamarlo Paco Pasteles o cualquier otro apodo similar. En el caso de este ingeniero tenaz, la cintura negociadora no parece exactamente su fuerte. De momento, ha atravesado tres fases esdrújulas. La primera fue la Fase Eufórica, celebrando el triunfo como un ‘maracanazo’ electoral, permitiéndose incluso gestos humillantes hacia sus compañeros de viaje. La segunda ha sido la Fase Aritmética, cuando De la Torre ha asimilado que tiene 14 concejales y la izquierda suma 15, de modo que ha de cerrar un acuerdo con Ciudadanos porque necesita esos dos votos que él pretendía despachar baratos. Y ahora estamos, parafraseando a Spielberg, en los encuentros en la tercera fase, que es la Fase Táctica: cuando miden sus fuerzas con la tensión de agotar la cuenta atrás, a menos de 48 horas. Se tratan de un clásico chicken game, a ver quién es el último en frenar antes del barranco.

Ciudadanos ha sufrido un revolcón pero trata de salvar el pacto con dignidad, incluyendo cambios en Urbanismo con una elección por concurso público, un poco de transparencia no vendría mal. Para De la Torre, en cambio, aunque se comprometiese a negociar sin líneas rojas, esa es una línea roja. Y aquí está el punto clave. De la Torre siente que las urnas han blanqueado su gestión, de modo que considera deshonroso ceder en esto admitiendo abiertamente la vergüenza del Caso Villas del Arenal. He aquí, por tanto, el quid del pacto… o del pacteleo. Si Ciudadanos resiste, se cargará de razón compensando la pérdida de votos; si se impone el pasteleo, o el pacteleo, Ciudadanos encajará una segunda derrota, porque además de perder los votos, habrán perdido toda autoridad moral a precio de saldo.

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