¿Podemos imaginar un recurso valioso al alcance de todos que no se agote con su uso?. Parece una fantasía, pero es una realidad bien cercana: las matemáticas. Es un recurso que, eso sí, hay que ganar a base de estudio y esfuerzo. Las matemáticas hoy en día están en todas partes, pero son muy discretas.
Por ejemplo, en un instrumento que se nos ha hecho indispensable: el teléfono móvil. Es una pequeña maravilla que almacena, codifica y procesa enormes cantidades de información: imágenes y sonido, en su gran parte.
Todas son tareas que emplean algoritmos matemáticos a gran escala. Otro ejemplo maravilloso son los navegadores de Internet: escribiendo tres o cuatro palabras clave recibimos al instante información muy abundante sobre prácticamente cualquier tema que deseemos.
Esta increíble rapidez de búsqueda se debe al uso de algoritmos matemáticos, basados sobre teorías matemáticas clásicas. ¿Cuánto ha cambiado nuestra vida desde que podemos comprar y efectuar pagos por Internet o acceder a nuestras cuentas bancarias?.
La seguridad de los pagos y del tráfico de información por Internet es fundamental hoy en día, sin ella se derrumbaría una gran parte de la economía actual. Esta seguridad está basada en teorías matemáticas de encriptación de la información, que se vienen desarrollando en las últimas décadas con complejidad creciente. El cuidado de nuestra salud depende también, cada vez más, del uso de las matemáticas.
El avance en las resonancias magnéticas permite obtener imágenes muy detalladas de órganos con tiempos de exposición reducidos. Igualmente ocurre con las ecografías, que nos permiten por ejemplo obtener la primera foto del nuestros hijos, aún en el seno de su madre. Todo ello se basa en técnicas matemáticas de análisis de imagen, que permiten reconstruir de forma muy fidedigna estas imágenes con un número limitado de píxeles.
Nuestro automóvil es un fruto, extremadamente sofisticado, de un esfuerzo combinado de conocimientos en ingeniería, física, informática y matemáticas. Las matemáticas proporcionan los algoritmos que permiten reducir la resistencia al avance. Gracias a su uso, en 2003, el equipo Alinghi, equipo de vela de la Sociedad Náutica de Ginebra, se convirtió en el primero que devolvía la Copa América a Europa desde 1851.
Las matemáticas son un vector estratégico de crecimiento económico. Según el Informe de impacto socio-económico de la matemática en España, elaborado por Analistas Financieros Internacionales (Afi) por encargo de la Red Estratégica en Matemáticas (institucionales.us.es/remimus/), las matemáticas son responsables directas de nada menos que el 10’1% del PIB español. Si consideramos que España es un país turístico, y que el impacto del turismo en su PIB en 2016 fue del 11,2%, concluiremos que España es también un país matemático.
La empresa andaluza puede a día de hoy incorporar las matemáticas de forma habitual para mejorar sus procesos productivos, como algo natural y perfectamente a su alcance. Tiene a su disposición los institutos de matemáticas de las Universidades de Granada (IEMath-GR , wpd.ugr.es/~iemath/es/) y Sevilla (IMUS, www.imus.us.es), el Centro para el Desarrollo Tecnológico e Industrial de la Universidad de Almería (http://www2.ual.es/cdtime/), y diversos grupos de investigación en todas las universidades.
El Instituto Andaluz de Matemáticas, en proceso de creación, tiene previsto articular esta oferta a través de un servicio de transferencia de tecnología matemática (http://www.iamat.es/es/mision#transfer). Una parte fundamental de la actividad de la matemática universitaria andaluza es apoyar la transferencia de tecnología al sector productivo, mediante el desarrollo de proyectos conjuntos con empresas. En suma, un gran esfuerzo de colaboración basado en la visión de las matemáticas como un instrumento para vivir mejor. Todo un tesoro.
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