Las negociaciones, presiones de todo pelaje, encuentros y desencuentros se suceden en unas horas que llevan, a toda velocidad, a dos momentos clave que están entrelazados: las enmiendas a la totalidad que pueden tumbar el presupuesto andaluz (que se votan este miércoles 12) y los pactos para ver quién gobierna los ayuntamientos, que se constituyen el sábado 15. Y en este cruce de caminos, mientras Vox guardaba silencio este lunes, Cs insistía en que no da su brazo a torcer y que no piensa negociar nada con los ultraconservadores, ni las cuentas andaluzas ni los gobiernos municipales, y precisamente sentarse con los naranjas es la tajante condición que imponen los de Santiago Abascal.
¿Y entonces cómo se explica la reunión que mantuvieron el domingo en Madrid ambos partidos? Desde Cs se esmeraron en enfriarla, reduciéndola a un contacto protocolario para la constitución de la Mesa de la Asamblea de Madrid, tal y como ya se hizo en Andalucía. La secretaria de Organización naranja, Mar Hormigo, remachó el clavo incidiendo en que “por ahora no está prevista ninguna reunión, y no creo que la pueda haber”, para abordar las cuentas.
Cs, de hecho, está más centrado en cerrar acuerdos municipales que en ver qué pasa con el presupuesto, escenificando que no es algo que le quite el sueño. Tal y como ha reiterado su líder en Andalucía, Juan Marín, si no sale adelante el de 2019 pues se empieza a trabajar en el de 2020 y no es ninguna tragedia.
Así que Cs se encastilla en que mejor cuanto más lejos el partido verde. “Nosotros no vamos a gobernar con Vox, seguimos en la misma línea”, despejaba Hormigo cualquier duda, algo que por cierto negaba que sea un veto pero sí que le traspasaba la responsabilidad de lo que ocurra en muchos consistorios. “Ellos serán los que tengan que decidir si apoyan a gobiernos de Cs con PP o dejan que las izquierdas gobiernen”, pero portazo rotundo a formalizar tripartitos PP-Cs-Vox, lo que dejaría en el aire quién gobierna en capitales como Córdoba, Granada y Jaén, donde PSOE y PP se ven con opciones.
El presidente de la Junta, Juanma Moreno (PP), se adentraba por esta misma senda. “Vox tiene la pelota en su tejado y tendrá que tomar una decisión”, una afirmación que hacía referencia a la constitución de los ayuntamientos pero que podría aplicarse perfectamente al bloqueo del presupuesto.
“Todavía hay tiempo”
Así que conforme avanzan las horas ambas cuestiones están cada vez más revueltas. Si Cs no mueve ni un músculo por las cuentas andaluzas y le viene a decir a Vox que allá ellos con lo que decidan, en el PP no dan el partido por perdido y Moreno se agarraba al mensaje de que “todavía hay tiempo para salvar el veto”. De paso, le pedía a toda la oposición “altura de miras”, una receta que luego su partido no se aplica en Madrid para el Gobierno central.
Por cierto, que el presidente insistía para los ayuntamientos en un “pacto a la andaluza” como el que le hizo presidente. Eso lo compra Cs si Vox está fuera, pero es que Vox quiere estar dentro, un dominó cuyas piezas van a empezar a caer en cuestión de horas, la primera de ellas la del presupuesto. Ya queda menos.
Relación "seria y formal"
Mientras tanto, PSOE y Adelante Andalucía siguen erre que erre: al final Vox bendecirá las cuentas. Lo lamentable, a su juicio, es que PP, Cs y Vox lo deciden todo en Madrid y que Andalucía ha pasado a ser una mera convidada de piedra. Así las cosas, los socialistas lo que quieren es saber cuál es, a cambio de su apoyo, “el trofeo de caza mayor que se va a cobrar” Vox, una formación a la que ya no le bastan los “guiños” que le hacen PP y Cs y que ya reclama “una relación seria, formal y oficial. De amor esporádico, nada”, lamentaba la portavoz del PSOE andaluz, Ángeles Férriz.