Andalucía

Vox exige hacerse la foto con Cs para desbloquear el presupuesto

“¿Cs qué pretende, estar cuatro años sacando el presupuesto sin vincularse a Vox?". Cs no da su brazo a torcer y les remite "a un estudio fotográfico"

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Vox no logró, por mucho que lo intentó, hacerse una foto con PP y Cs para escenificar el inicio de una nueva era política en Andalucía con la Presidencia de Juanma Moreno y tuvo que conformarse con un acuerdo de investidura con los populares. Pero ahora reclama esa imagen con Cs en la mesa o bloqueará el presupuesto andaluz para 2019, algo que desde la formación naranja, a día de hoy, no están dispuestos a concederles: “Si quieren una foto, que se vayan a un estudio fotográfico”, retaba su portavoz parlamentario, Sergio Romero.

La aprobación de las cuentas ha acabado convirtiéndose en un pulso entre Cs y Vox, porque el PP insiste en que están dispuestos a negociar lo que haga falta, que van a ser flexibles y que no ponen ni una sola línea roja. Pero como Cs no cede, la formación ultraconservadora ha cumplido su amenaza y ha presentado una enmienda a la totalidad de los presupuestos, como también han hecho PSOE y Adelante Andalucía, con lo que a día de hoy suman los votos para tumbar las cuentas.

Vox, desde luego, lo tiene muy claro, y es que respira por la herida de que “hay una parte del Gobierno que recela de hablar con nosotros, y así difícilmente vamos a llegar a acuerdos”, señalaba el parlamentario Rodrigo Alonso. Aunque para claro, el también diputado de Vox Manuel Gavira, que reclamaba como condición indispensable que Cs se siente con ellos a negociar: “Cs y PP están en el Gobierno de la Junta, y hay consejeros que son del PP. Ciudadanos qué pretende, ¿estar cuatro años sacando el presupuesto sin querer vincularse a Vox?”.

El partido naranja se resiste como gato panza arriba porque eso sería transmitir un mensaje de derechización, el equivalente andaluz de la foto de Colón con Santiago Abascal que tanto daño hizo a PP y Cs. Pero al margen de la foto, Vox va más allá y pide unas cuentas que derriben la “administración paralela” de la Junta y acabar con “el adoctrinamiento de determinadas líneas ideológicas”.

¿Un ejemplo? El Instituto Andaluz de la Mujer, que en la enmienda a la totalidad presentada critican que “sigue destinando un porcentaje ínfimo a las personas realmente víctimas de violencia. Se disfraza de ayuda a las mujeres maltratadas el mantenimiento de los chiringuitos y amiguismo”.

Desde Cs, al margen de mandar a Vox a un estudio fotográfico, mantienen la teoría de que se están sentando con ellos por poderes, porque el interlocutor es el consejero de Hacienda, Juan Bravo (PP), que habla en nombre de los dos partidos. Un Bravo, por cierto, que se declara “único responsable” si la negociación no llega a buen puerto para sacar adelante las cuentas.

El vicepresidente, Juan Marín (Cs), se mostraba mucho más práctico. “Si el problema es sentarse con el Gobierno, nos sentamos esta tarde”, insistiendo así en la teoría de que el Gobierno es Juan Bravo. De hecho, le llegó a quitar trascendencia al bloqueo de las cuentas, ya que eso no va a paralizar al Gobierno y lo que habría que hacer entonces es centrarse en el presupuesto para 2020.

Tras toda esta tormenta están los pactos nacionales que dirimen PP, Cs y Vox para ayuntamientos y comunidades autónomas, unas negociaciones en las que el líder naranja, Albert Rivera, ha vetado expresamente sentarse con Vox. Los de Abascal, de esta manera, estarían apretando las tuercas para cobrarse piezas sobre todo en Madrid.

Pero tampoco hay que descartar que Vox haya hecho hacer una demostración de fuerza y demostrar a PP y Cs que están a su merced con un presupuesto que, al fin y al cabo, no va a desencadenar que haya que ir a elecciones. Esto vendría a ser un aviso para navegantes para las cuentas de 2020, las que se consideran realmente importantes porque las de 2019 al final van a estar vigentes poco más de cuatro meses, e incluso para la Junta podría ser hasta más fácil llegar a acuerdos porque ya se habría despejado por completo la tormenta postelectoral.

De todos modos, todavía hay margen para la negociación, y Vox no se cierra en banda. El plazo acaba el próximo miércoles, 12 de junio, cuando pasan por el pleno unas enmiendas a la totalidad que pueden retirarse minutos antes de su votación. Ahora mismo, el PP parece más implicado y más dispuesto que Cs, que no quiere llevarse demasiados arañazos en esta pelea. Empieza la cuenta atrás.

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