Acabó el eterno ciclo electoral, que en Andalucía dejó tres procesos en menos de medio año, y los partidos se embarcan en un periodo de análisis y de preparación de cara a la lucha que se abre a cuenta de los pactos electorales. Pero es también el momento de movimientos dentro de las propias formaciones y este lunes, cuando todavía retumbaba el trajín del abrir y cerrar de urnas con el recuento electoral, se producía en Madrid un encuentro largamente aplazado que empezaba a sentar las bases de lo que va a ser el futuro en Andalucía de la formación que este domingo ganaba las elecciones, un PSOE en el que empieza a resonar el tam tam de la guerra interna.
El secretario general socialista, Pedro Sánchez, y su homóloga andaluza, Susana Díaz, mantuvieron en Madrid una reunión que tenían aparcada desde las elecciones andaluzas que el PSOE perdió el 2 de diciembre. Díaz llegó con el aval de tres victorias electorales desde entonces (generales, europeas y municipales), aunque los críticos con su gestión no hacen más que reiterar que se debe más al tirón de Pedro Sánchez que a su buen hacer como máxima responsable del partido en la comunidad autónoma.
Desde las dos partes no se hicieron más que lanzar mensajes de que el encuentro había sido cordial y “muy positivo”, una “muy buena reunión de coordinación y de trabajo conjunto”. El encargado de dar algún que otro detalle fue el secretario de Organización federal, José Luis Ábalos, quien de manera difusa señalaba que se había hablado de “aunar esfuerzos para relanzar el proyecto socialista en Andalucía” y que se había hecho una “revisión de la estrategia” del partido para que vuelva al Gobierno andaluz lo antes posible.
La cita se interpreta como el primer paso de Pedro Sánchez para hacerse con el control definitivo del PSOE andaluz, una tarea pendiente desde que asumió el liderazgo nacional pero que se ha ido aplazando por el apretado calendario electoral. La primera escenificación ya se produjo cuando el federal modificó radicalmente las candidaturas andaluzas a las generales del pasado 28A, algo que ahora también va a hacer para elegir a los que serán presidentes de las Diputaciones que va a controlar el PSOE, todas menos las de Almería y Málaga.
El objetivo es no tener que forzar tanto la situación, con un cierto consenso de puertas para adentro que evite escenificar de manera dramática el enésimo choque entre las dos corrientes del partido, una situación en la que la principal perjudicada sería la propia Susana Díaz. De hecho, se subraya que el talante con el que acudió al encuentro de este lunes está muy alejado del pulso que ha mantenido hasta la fecha, con momentos álgidos como aquel “tomo nota” tras tumbar el federal las listas del 28A.
“No hay nada que acordar”
José Luis Ábalos señalaba que “no hay nada que acordar” con respecto a los presidentes de las Diputaciones, y es que los estatutos socialistas ya marcan que es la Comisión Federal de Listas quien tiene la última palabra. Es decir, Ferraz, como ya ocurrió el 28A. Eso sí, reconoció que la dirección federal y la provincial intentan seleccionar de manera conjunta “ a los mejores representantes” para liderar las corporaciones provinciales, que son la principal herramienta de poder institucional y orgánico que todavía está en manos de una Susana Díaz que, por cierto, en el viaje a Madrid vino a compartir vagón del AVE con el presidente de la Junta y del PP-A, Juanma Moreno, que acudía a la reunión del Comité Ejecutivo Nacional de su partido.
Pero el PSOE no es la única formación en la que se avecinan curvas por las disputas internas. Así, mientras en el PP los resultados han relajado el ambiente, desde Podemos en Andalucía levantaban la mano (y la voz) para subrayar que sus resultados han sido los mejores en toda España, por lo que asumen “la responsabilidad de empujar desde el sur un renacer de esta fuerza política a nivel estatal”. Las palabras las ponía el responsable de la Secretaría Política, Pablo Pérez Ganfornina, en lo que no deja de ser un claro desafío al líder nacional de la formación, Pablo Iglesias, abiertamente enfrentado a la responsable andaluza, Teresa Rodríguez.
Cs se deja querer por todos
Y a todo esto, ¿qué hay de los pactos electorales que van a ser necesarios para desatascar la situación de no pocos ayuntamientos andaluces? Pues la cosa va para largo (la constitución de los consistorios será a mediados de junio), pero lo cierto es que el baile ya ha empezado, y lo ha hecho con PSOE y PP cortejando a Cs, que guarda como oro en paño la llave de muchos de estos acuerdos. Los socialistas le han dicho que se deje de vetos previos y los populares que cuentan con reeditar su alianza en la Junta, pero la formación naranja se va a hacer de rogar y ahora mismo no cierra ninguna puerta, de hecho ha empezado a levantar todas las líneas rojas que había puesto, y le ha dicho al PP que no dé nada por hecho.
Pero por mucho que Cs pueda bendecir algún pacto, en no pocos casos (con Córdoba y Jaén como los más significativos) los populares tienen que invitar al baile a Vox para que le salgan las cuentas. Y su líder andaluz, Francisco Serrano, ya ha salido diciendo que no van a decir que sí “a cambio de nada”. Lo dicho, que esto acaba de empezar.
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