Al día siguiente de las elecciones generales del pasado 28 de abril el PSOE andaluz exhibió con orgullo un mapa teñido literalmente de rojo y puso el acento en que se había impuesto en 28 de las 29 ciudades mayores de 50.000 habitantes, sólo se le escapó El Ejido (Almería), donde ganó Vox. Un mes después, el mapa sigue siendo muy rojo, pero hay muchas manchas azules y, además, varias de ellas en algunas de las principales ciudades de Andalucía.
El PP andaluz empezó la jornada del domingo con la angustia de que se confirmase su hundimiento en las generales y lo terminó en un clima rayano en la euforia, al comprobar que perdía votos, alcaldías y concejales, pero en menos cantidad de lo esperado. Y no sólo mantuvo la joya municipal de los populares en toda España, Málaga, sino que también defendió sin dificultad su bastión de Almería y hasta puede gobernar en otras tres capitales, Córdoba, Granada y Jaén.
De las 29 localidades mayores de 50.000 habitantes, el PP ha ganado en 14, con tres mayorías absolutas (Marbella, Fuengirola y Estepona) y seis municipios en los que le vale un pacto con Cs para hacerse con la alcaldía: Málaga, Almería, Algeciras, Roquetas, El Ejido y Mijas.
En otras tres ciudades (Córdoba, El Puerto y Torremolinos) necesitaría sumar a la ecuación con los naranjas a Vox para asentar su victoria, una fórmula a tres que le valdría también para hacerse con dos capitales en las que ganó el PSOE, Granada y Jaén. En otras dos localidades en las que se impuso el PP (Vélez y Motril) el horizonte no está nada claro ya que harán falta complejas alianzas, de hecho en Motril será necesario un pacto a cuatro para que gobiernen populares o socialistas.
Así que pese a perder casi 116.000 votos (3,26 puntos porcentuales), 32 alcaldías (aunque la cifra está en el aire en función de los pactos) y 190 concejales, la sensación en el PP es de un tremendo alivio y ponen el acento en que han ganado casi 255.000 sufragios con respectos a las generales de hace un mes y que vuelven a ser segunda fuerza política en Andalucía al superar a Cs. Ambas afirmaciones son ciertas pero tienen truco: los naranjas presentaban 323 candidaturas en Andalucía, menos de la mitad de las 785 (todos los municipios menos Tharsis, que sigue sin estar constituido como tal) que armaron los populares, las mismas que los socialistas.
Pero si a esta recuperación de votos y del papel como segunda fuerza política se suma su fortaleza en las grandes ciudades y que puede controlar hasta cinco capitales, se explica entonces la sensación de satisfacción en el PP. El presidente de los populares andaluces y de la Junta, Juanma Moreno, achaca este panorama más despejado tras el tormentoso 28A a que han recuperado el centro, lo que no deja de ser un contrasentido si se tiene en cuenta que se pone en manos de Vox para lograr varias alcaldías.
¿Y en el PSOE? Pues ha vuelto a ganar con rotundidad creciendo en votos y porcentaje (más de 1,4 millones, casi el 37% del total) y, aunque consigue menos sufragios que en las generales (casi 131.000), porcentualmente la victoria es más importante (el 28A sumó el 34,23%). Gana en más municipios (469, de ellos 368 con mayoría absoluta) y consigue más concejales (4.209), pero tropieza en varias de las grandes ciudades.
Los socialistas han ganado en 13 de las 29 localidades mayores de 50.000 habitantes con tres mayorías absolutas (Huelva, Dos Hermanas y Utrera). Pueden perder Granada y Jaén, al igual que aspiran a arrebatarle al PP Vélez y Motril, pero si se tiene en cuenta que hoy gobiernan en 17 de estos municipios, que pueden quedarse con sólo dos capitales (Huelva y Sevilla) y que la esperada debacle del PP al final no fue tal, la sensación final no deja de ser algo agridulce. En la mayoría de las ciudades en las que se ha impuesto, el PSOE tiene ahora la opción de pactar con Cs o con formaciones de izquierda, y aquí el ejemplo más paradigmático es Sevilla. En todo caso, no se lo van a poner fácil.
Y a todo esto, vuelven a resonar los tambores de guerra a nivel orgánico, pues se da por hecho que el secretario general federal, Pedro Sánchez, estaba esperando a la conclusión de este ciclo electoral para iniciar la operación de control del PSOE andaluz que ha tenido aparcada. El primer paso sería la designación de los candidatos a presidir las Diputaciones provinciales, algo que le corresponde según los estatutos del partido y que supondría la laminación de plazas fuertes afines a la secretaria general andaluza, Susana Díaz, como Cádiz, Huelva y Sevilla.
El resto de las formaciones que han obtenido más votos tienen argumentos para esgrimir algo positivo, aunque la verdad es que el resultado no es el que esperaban. Adelante, la confluencia de Podemos e IU, ha mantenido con holgura el gobierno de Cádiz, pero la jornada electoral vuelve a demostrar que esta unión no suma tanto como sobre el papel tendría que hacer, a lo que se une la coalición no ha sido posible en muchos municipios.
Cs ha mejorado, pero más fruto de que se ha presentado en más plazas que de un verdadero crecimiento, como demuestra que sólo ha ganado en 13 municipios. Su presencia sigue siendo testimonial, y su mayor fuerza le viene de que tiene la llave en muchas localidades, varias de ellas de las más grandes de Andalucía.
Y Vox no logra imponerse en ningún municipio, cuando en las generales ganó en cuatro. Su mayor fuerza está en El Ejido, con siete ediles, y en las capitales ha logrado entrar en todas menos en Málaga y Cádiz, con hasta tres concejales en Granada. Como Cs, su fortaleza reside en que es fundamental para el PP en varias plazas de peso, pero sigue lejos de sus propias expectativas.