Dicho esto, no cabe decir otra cosa que ‘Vicasa no se cierra’. Es lo único que podemos gritar todos y todas esta tarde al unísono, sin ninguna fisura en la tonalidad. Una vez más asistimos a un triste episodio. Es incomprensible que una empresa que tantas plusvalías ha obtenido y obtiene con el trabajo realizado por miles de jerezanos y jerezanas, ahora, que según ellos vienen las "vacas flacas" y cuando la ciudad que tanto les dio y ahora más les necesitan, dicen simple y llanamente que no es rentable, que se van, que lo sienten. Una ciudad y un gobierno que además, les ha ofrecido un magnifico convenio urbanístico, para que el coste del desmantelamiento de las actuales instalaciones y la edificación de las nuevas no les suponga ningún coste añadido. Cuesta trabajo entender el valor que en la actualidad le damos al trabajo. Este, no es simplemente el sustento de nuestras familias -que también-. Todos y todas sabemos que el trabajo cumple otras funciones sociales, entre ellas, el desarrollo de capacidades de los seres humanos.
Igual que en otras ocasiones no me he sentido satisfecho de la actitud de mi ciudad. Sé, sin ningún temor a equivocarme, que en esta ocasión vamos a sentirnos orgullosos de ser jerezanos y jerezanas y vamos a salir a la calle todos unidos con un mismo objetivo, parar una injustica que no nos merecemos.
Dicho esto y sin ninguna intención de resquebrajar dicha unidad, no puedo quedarme impávido, ante lo que considero un atropello por parte de algunos que intentan sacar tajada política de una situación difícil como la que estamos viviendo en estos días.
No, no han estado acertadas las manifestaciones de algunos y algunas dirigentes del Partido Popular, acusando al gobierno de esta ciudad de ser el culpable de la situación generada. Ninguna mente en su sano juicio, puede siquiera pasársele por la cabeza, que alguien no solo se alegre de esta situación, sino que además es el causante de la misma.
Lo he dicho en muchas ocasiones y no me callaré en esta. Quién así actúa, no puede ser considerado más que de Miserable. Como dice el dicho "con las cosas de comer no se juega", y aún menos con el dolor de cientos de familias que aún tiene la incertidumbre de conocer su futuro. Quiénes así actúan, no son más que carroñeros a la espera de satisfacer sus propios intereses individuales por encima de los colectivos.
Solo espero, por el bien de las familias y de nuestra ciudad, que rectifiquen en su actitud, y no aprovechen una coyuntura como la actual para hacer confrontación política de una situación tan grave. Solo espero, que se den cuenta que ese no es el camino. Solo espero, que dejen de ser ellos protagonistas y se lo cedan a quiénes verdaderamente lo son, los trabajadores y trabajadoras de Vicasa que están pasando por una de las situaciones más difíciles a la que nos podemos enfrentar los seres humanos, la desesperación ante una injusta decisión.
Solo espero, que no sean como el chiste que dice "la vereda se acaba y el tonto sigue". "Vicasa no se cierra". Por favor, no hagan el tonto.
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