Cada vez es más evidente que medio mundo está harto de la política errática, frontista y belicista del presidente norteamericano Trump. El gobierno español ha tenido que tomar una decisión -desagradable y enojosa- como es retirar del acompañamiento en el grupo de combate al portaviones USS Abraham Lincoln a la fragata Méndez Núñez porque los estadounidenses han cambiado el itinerario y la misión prevista de la vuelta al mundo para acercarse al Estrecho de Ormuz –entre el Golfo Pérsico y el Golfo de Omán- para garantizar su libre paso en él y, sin duda alguna, con la segunda intención de intimidar a la República Islámica de Irán. La fragata española "está en una misión de circunnavegación y no va a entrar en ningún otro tipo de misión", por lo que la ministra Margarita Robles puede defender que no rompe ningún acuerdo, sino que es una decisión puramente técnica, sin mayor contenido político. Pero lo tiene porque la Unión Europea está más que inquieta por la repercusión que tiene para el precio del petróleo,el riesgo para Europa y los tambores cercanos de guerra, que pretenden los halcones del complejo militar-armamentístico estadounidense. Al estilo del perverso Dick Cheney con la guerra de Irak, ahora John Bolton y Mike Pompeo juegan a la guerra sobre las cabezas europeas y de Oriente Medio. El continente americano está más lejos. Y EEUU es casi autosuficiente energéticamente.
En este estado permanente de bravuconadas en que Trump ha convertido la política internacional, inmiscuyéndose en el referéndum del Brexit, apoyando sin reservas la salida de la Unión Europea, trasladando la embajada norteamericana de Tel Aviv a Jerusalén o animando a Israel con quedarse con los Altos de Golán de Siria, o aplicando a rajatabla contra Cuba la ley que permite reclamar a los cubanos y estadounidenses sus reivindicaciones de hace cincuenta años y poniendo en peligro las inversiones hoteleras españolas. Ha continuado rompiendo unilateralmente el acuerdo nuclear con Irán - suscrito también por China, Rusia, Unión Europea, Reino Unido, Francia y Alemania -, o ayer mismo recibiendo al mandatario de Hungría Orbán animándolo a que boicotee la política migratoria de la Unión Europea…y mil actos hostiles más. El más evidente, la tensión comercial con China que constituye el otro polo de la tensión en todas las bolsas del mundo y que tiene como trasfondo el predominio mundial de los EEUU o de la propia China.
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