Pablo Ruiz Picasso y Salvador Dalí saludan desde una de las paredes de la avenida Carlota Alessandri, una escultura dedicada a los oficios es la elegida para una foto de recuerdo de las vacaciones en Torremolinos y un gran pez relleno de plástico llama la atención de los que pasean por la zona del Bajondillo.
Torremolinos busca salirse de la tónica habitual de destino de ‘sol y playa’ para dirigirse a otros públicos y diversificar la oferta de ocio disponible para los turistas.
Así, a través del arte y la cultura al aire libre, ha sabido reinventarse esta localidad malagueña. Tres nombres han hecho posible esta nueva cara de Torremolinos: Elena Laverón, Nesui RSC y Javier Ternero.
Color para las calles
La avenida Carlota Alessandri, que unos años atrás era una de las principales vías de la localidad y que se dejó morir lentamente con el cierre de numerosos negocios, es desde hace unos meses un nuevo lugar con murales coloridos.
Nesui RSC ha sido el artista encargado de llenar de vida las paredes de esta avenida con temas dedicados al turismo, la gastronomía, el arte o el deporte.
El regreso de Elena Laverón
Elena Laverón y sus grandes piezas de bronce son las encargadas de dar vitalidad a la plaza Costa del Sol y al Centro Cultural Pablo Ruiz Picasso.
La peatonalización del centro de la localidad es el escenario idóneo para las esculturas de esta artista que ha estado vinculada a Torremolinos desde una exposición de óleos en la mítica sala de fiesta El Mañana, en el año 1960.
Así, los nuevos habitantes de la plaza Costa del Sol y la avenida Palma de Mallorca son ‘El nacimiento de Eva’, realizada en bronce en el año 1993; ‘El caminante’, también de bronce y del año 2001; ‘Los Oficios’, que preside la plaza y está esculpida en bronce en 1999; y la ‘Mujer-banco’, también de bronce y del año 1995.
La muestra se completa con las obras que se pueden visitar en los jardines del Centro Cultural, como son ‘Torso con cabeza’, realizada en piedra artificial en el año 1984 o ‘Figura reclinada en tres módulos’, del año 1984 y en el mismo material, que alcanza los 2,5 metros de alto y 4,5 metros de ancho, siendo la más grande de toda la muestra, entre otras.
El autor de la peatonalización, el arquitecto Salvador Moreno Peralta, aseguró que siempre albergó “la esperanza de poder incorporar una de las piezas de la escultora en algún trabajo o rediseño de un espacio público”.
Arte para concienciar
El arte también sirve para concienciar a la ciudadanía y, en este caso, lo hace un enorme pez de hierro con el estómago repleto de plástico, situado en el Bajondillo.
Podemos Torremolinos ha donado gratuitamente la escultura ‘Pez comeplásticos’, del artista local Javier Ternero, con el objetivo de visibilizar la basura marítima cuyo incremento se produce de manera alarmante.
El arte de los torremolinenses
Los trabajos realizados en este curso 2018/2019 por los 3.437 alumnos y alumnas de la Universidad Popular de Torremolinos se pueden visitar en el Auditorio Municipal hasta el próximo 20 de mayo.
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