Según fuentes judiciales los hechos se desarrollaron una madrugada cuando la víctima salía de una discoteca de la capital y los dos acusados le abordaron e instaron a que se fuera con ellos. De este modo, los tres entraron en las dependencias del cajero automático, donde comenzaron a darle puñetazos y patadas hasta que le cogieron de la cabeza y le lanzaron contra una esquina, lo que hizo que se desmayara.
A causa de los golpes, sufrió lesiones consistentes en la fractura de los huesos de la nariz, una herida en la frente que requirió 15 puntos de sutura así como una férula para la estabilización de la fractura nasal, entre otras. De este modo, le han quedado unas secuelas con perjuicio estético medio que el forenses valoró entre 14 y 16 puntos.
Los procesados alegaron que fue la víctima quien les dijo que se metieran en el cajero automático para venderles droga y que intentó sacar una navaja, por lo que uno de ellos le dio un puñetazo para evitarlo, saliendo acto seguido de allí. Ante esta versión, el juez considera que la que se da por aprobada es la del herido, pues está corroborada por las lesiones y la grabación de la entidad bancaria.
El juzgado condenó a los dos procesados, identificados como José Miguel C. M. y José María M. O., por un delito de lesiones a que cada uno cumpla una pena de un año y medio de prisión así como a que indemnicen a la víctima con 16.280 euros.
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