El Centro político era un amplio lugar, donde se daban codazos la mayoría de los partidos, “quien domine el centro, gobierna”. Eso fue así desde las primeras elecciones, allí tenían cabida el llamado centro derecha, los liberales y los socialdemócratas, de hecho en 1996 cuando ganó Aznar las elecciones, más del 80% de las opciones políticas confluían en el centro.
Pero mira tú por donde nos pasó como en la canción “… las vacas del pueblo se han escapao… y nos han dejao solos como a los de Tudela…”. Y vaya que se han escapado. El PP se echó al monte, se fue a la derecha más derecha, más aun de donde ya estaban con Rajoy. A marcha ligera, siguiendo el paso que marcaba el nuevo partido de ultraderecha (no voy a nombrarlo).
Ciudadanos, en un triple salto mortal también abandonó el centro, desde sus inicios socialdemócratas, luego liberales, terminó también siguiendo al caballo. En una jugada suicida pasaron de ser la esperanza de las clases medias urbanas, hartas de corrupción, a terminar convertidos en portaestandarte de la España cerril de la Plaza de Colón.
El centrismo era pura estrategia, antes no estaba bien visto definirse de derechas. Hoy se quitaron el complejo y hasta sacaron pecho, son de derechas de toda la vida. Incluso rescataron la parafernalia nacionalcatolicista del Franquismo. Ahora sí, a pecho descubierto, sin complejos, es lo que de verdad sienten, nunca dejaron de serlo, era puro postureo. Estaban como muy hartos de tragar el discurso de la progresía, no soportaban la condescendencia de sus líderes con la Ley de la memoria histórica, la alianza de las civilizaciones, el feminismo, el aborto, la lucha contra la violencia machista, el dialogo como herramienta, y menos la universalización de las prestaciones más elementales, a todos por igual. ¡Hasta ahí podíamos llegar!
Se definen como constitucionalistas, eso sí, solo de algunos artículos, el 2 y el 155 donde se defiende la unidad del España, pero olvidan el 31 donde se especifica que todos debemos de contribuir al sostenimiento del estado de forma progresiva. Y del 47 que regula el derecho a tener una vivienda digna. No hay más que ver las últimas medidas del Gobierno Andaluz bajando impuestos a los ricos y subiendo las guarderías a los que menos tienen.
Es una pena que se fueran, el centro era un lugar de encuentro, no todo tiene que ser enfrentamiento, allí coincidíamos en aspectos básicos: en los derechos civiles, en las libertades, en las prestaciones mínimas, la necesidad de modernizar las estructuras del país. Luego en el modelo económico y social ya cada iba uno por su lado.
El próximo 28 tenéis la oportunidad de marchar con ellos o apostar por un país más igualitario y conciliador, en vuestras manos está.
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