El fantasma de la desmovilización de la izquierda recorre el arranque de esta campaña electoral. Las distintas formaciones de este ámbito se esfuerzan en recabar apoyos entre sus votantes. Temen que suceda como en los pasados comicios de Andalucía en donde PSOE y Adelante Andalucía perdieron centenares de miles de adeptos en las urnas. No se fueron a otra candidatura, simplemente, decidieron quedarse en casa, dar la espalda a dicha cita electoral. En ese contexto, UGT y CCOO de Andalucía, consecuentes con su condición de sindicatos de clase, han decidido no permanecer pasivos ante este fenómeno que amenaza con corroer la continuidad de la izquierda política en el gobierno de la nación.
El riesgo de que se exporte el modelo andaluz, con la configuración de una coalición de gobierno de PP, Cs y Vox, es razón más que suficiente para luchar por cada uno de los votos con tal de evitar que se produzca un retroceso en los avances sociales y políticos ya alcanzados, según advierten. De ahí que no valga ni la confianza ni, por supuesto, el desmarque ahora que están en juego valores en favor de los más débiles, de las clases trabajadoras, según señalan. Así que han pasado a la acción. Inicialmente, convocaron, con notable éxito, un primer acto el pasado día 9, en las Setas de Sevilla, un lugar que se ha convertido en todo un símbolo de las movilizaciones vinculadas al 15-M, de jóvenes y del feminismo andaluz. Acudieron destacados profesionales, escritores, artistas, universitarios y representantes de los distintos sectores posibles. Todos coincidieron en subrayar un mensaje: la necesidad imperiosa de acudir a votar el próximo 28A dada la trascendencia del momento actual en el que la ultraderecha se enseñorea y condiciona el debate político de este país. Y no se quedaron ahí. Tienen previsto convocar nuevos encuentros similares así como dirigirse a los grandes centros de trabajo apelando a la participación en este compromiso electoral tan decisivo.
No es la primera vez que dichas centrales se echan a cuestas tan difícil responsabilidad de lograr la máxima movilización electoral posible. Aún se recuerda el papel clave que jugaron en las últimas elecciones andaluzas en las que compareció Griñan. Ahora vuelven a hacer lo mismo, aunque, esta vez, quizá, con más dramatismo. Son conscientes del escenario en el que nos encontramos. Pase lo que pase, conviene no olvidar el papel que están desempeñando unas organizaciones que otros tratan de desacreditar y que, incluso, dan por muertas. Ahí están, batiéndose en la calle y el tajo en favor del voto de izquierdas. Que conste.
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