—¿Este febrero retornaste al concurso tras dos temporadas sabáticas, ¿has recuperado esa ilusión de los debutantes?
—La verdad es que sí. Yo siempre estoy un poco nervioso y preocupado por la aceptación que vaya a tener la agrupación. He recobrado esas sensaciones.
—¿Crees que el Carnaval de El Puerto está camino de resurgir?
—No conozco sus interioridades. Eso dependerá de los portuenses y, en parte, del apoyo que la fiesta reciba desde el Ayuntamiento. El Puerto ha aportado mucho al Carnaval gaditano, sobre todo excelentes comparsas, entre ellas las de Los Majaras y Los Gitanos.
—¿Viviste un Carnaval portuense mucho más pujante en décadas anteriores?
—Desde luego. Recuerdo que antes venía a cantar mucho más a la ciudad en febrero, cuando existía el antiguo teatro. Antes el Carnaval tenía aquí mucho más peso.
—¿Cómo afecta su trabajo como presentador a tu agrupación?
—Pues muchísimo y la prueba es que ello me impulsó a descansar varias veces. Quita muchísimo tiempo porque de lunes a jueves tengo que vivir en Sevilla, por lo que tenemos que concentrar todos nuestros ensayos en los fines de semana.
—¿Ha tenido que privarte de muchas cosas por tu chirigota?
—De muchas. Apenas tengo tiempo libre y me que he quedado alguna vez sin poderme ir de viaje. Entre enero y marzo no tengo ningún fin de semana libre. Es complicado porque a veces parece que vivimos para el Carnaval, aunque lo que se disfruta compensa .
—¿Qué le aporta el Carnaval para realizar tantos sacrificios?
—Es cierto que al principio cuesta empezar, pero cuando entras en la dinámica de los ensayos y demás se está muy a gusto. A mí la chirigota me aporta muchísimos ratos agradables con mi grupo. No salimos por dinero, nos gusta hacer disfrutar a los aficionados.
—¿Cree que hay demasiados autores viviendo de la fiesta?
—Yo creo que eso es una leyenda. No conozco a nadie que viva del Carnaval. No da para tanto. Se puede tirar un par de años pero no vivir de él.
—¿Se ha expandido tanto el Carnaval gaditano en los últimos años por otras zonas de España como dicen?
—Lo he notado muchísimo. En ello han tenido que ver mucho los medios de comunicación. Yo lo percibo como un fenómeno positivo para la Bahía de Cádiz. Y no me extraña que guste: en Cádiz hay arte para regalar.
—¿Ha notado que te tratan de manera distinta en el mundo del Carnaval desde que es más famoso?
—Los aficionados se quedan sólo con lo que tú haces sobre las tablas. No creo que los jurados me tengan ahora más respeto por salir en la radio. La gente en Cádiz te trata siempre igual, aunque uno llegue a ministro. Ni siquiera veo que me saluden más por la calle.
—¿No le parece que puede resultar pesado que se hable de Carnaval durante todo el año?
—Sinceramente, no. También hay fútbol o flamenco todo el año. El Carnval está ahí para quien le guste y no es obligatorio para nadie
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