Una feminista en la cocina

Los héroes de Las Ardilas

Unos delincuentes habituales – jóvenes y nada torpes- dieron con el negocio de su vida. En vez de robar, estafarían con un tocomocho un poco más elaborado

Publicado: 21/03/2019 ·
08:48
· Actualizado: 22/03/2019 · 17:44
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Autor

Ana Isabel Espinosa

Ana Isabel Espinosa es escritora y columnista. Premio Unicaja de Periodismo. Premio Barcarola de Relato, de Novela Baltasar Porcel.

Una feminista en la cocina

La autora se define a sí misma en su espacio:

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Cada vez que un joven se trunca, un ángel pierde las alas. Ya va por ahí siempre -desplumado y cabizbajo- para que sirva de escarmiento a los novatos. Con “el trinque” de los de la Ardila han caído unas pocas de alas, porque aunque se veía venir, en el Cielo aun apostaban por ellos. Están 7 en prisión, 13 más detenidos. Ojo al dato numerario porque tiene premio, que no hay como la numerología para dar con el traste a un negocio en alza. Les explicaré el argumento de la comedia para que no se me pierdan…Unos delincuentes habituales – jóvenes y nada torpes- dieron con el negocio de su vida. En vez de robar, estafarían con un tocomocho un poco más elaborado.

Policía Local.

El truco consistía en servirse del Wallapop y la credulidad, a partes iguales. “El Walla” es una plataforma digital que te instalas en el móvil por la que puedes vender lo que te dé la gana. Incluso lo que nunca fue tuyo, como era en este caso. Haces fotos, lo expones y si te entra algún vendedor, haces el trato. Solo que en estos tratos no había mercancía que enviar, pero sí dinero que recaudar fraudulentamente. Me dirán que cómo la gente se fía de hacer transferencias bancarias sin saber si le va a llegar( o no) el producto y ahí vamos al “quid” de la cuestión que no es la credulidad , sino el beneficio. El de los de las Ardilas ya lo sabemos… el 100 por cien del negocio porque no exponían más que su libertad en cuanto los pillaran los de la Guardia civil, pero los incautos que creen en las gangas eran la otra parte obligada de la ecuación final. Y es que hay gente que cree que las gangas existen o quizás miran aprovecharse de la desgracia ajena, porque no me digan que no es una desgracia necesitar vender una cosa y tener que darla a muy bajo precio. Porque era eso lo que ocurría…los estafadores “vendían” la cosa más deseada muy baratita  y los peces picaban como los metidos en una barrica de roble. Esta vez Caín no mató a Abel, sino que se fue con sus amigachos a hoteles de lujo de Santi Petri haciendo saltar las alarmas de las Fuerzas de seguridad que se conocen a estos ángeles descarriados mejor que a su familia política. Les ha faltado aplomo- ya se lo digo- y un buen guionista que les hubiera dicho que se desintoxicaran con la pasta para cambiar de vida  y en cambio se han visto entre rejas y desplumados, nunca al nivel de la credulidad de sus víctimas. Ya no habrá vuelta atrás, ni tiradas a piñón fijo más que en los “vis a vis” con los abogados. Gestionarán el despropósito máximo que es ser listo y enganchado, ejerciendo de jefe de cabecillas con el dinero a tropel, gracias a fotos entusiastas en correos con paquetes inventados. ¡¡¡Qué mentes criminales tenemos en la provincia, qué orgullo gaditano!!! .

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