Las personas en silla de ruedas no pueden acceder solas a Renfe

Publicado: 22/09/2009
Una rampa bastante inclinada, con un pronunciado bache en el asfaltado, es el único acondicionamiento que tiene la estación de Renfe de la capital onubense para que a ella puedan acceder las personas que circulan en silla de ruedas
Una rampa bastante inclinada, con un pronunciado bache en el asfaltado, es el único acondicionamiento que tiene la estación de Renfe de la capital onubense para que a ella puedan acceder las personas que circulan en silla de ruedas.
Para entrar o salir de ella, las personas discapacitadas se las ven y se la desean, ya que el acerado de la puerta principal no posee más rampas, y una vez que bajan por la única existente, tienen que circular por la carretera y tener que contar con ayuda para subir al acerado de enfrente, donde encuentran las rampas situadas en los semáforos de la Avenida de Italia. La estación cuenta con un asistente para personas con algún tipo de dificultad para su movilidad, pero su obligación es “dejarlas en la rampa que hay en la puerta”, donde ya bien cogen un taxi, bien su vehículo particular. Pero, ¿qué ocurre con aquella persona que se mueve en silla de ruedas y que quiere acceder o abandonar la estación de manera independiente? Pues que simple, desgraciada y tristemente, no puede.
Viva Huelva comprueba ‘in situ’ esta situación a raíz de la denuncia de Joaquín Mora, ciudadano onubense que a causa de una arterioesclerosis istémiqua crónica por la que se le amputó la pierna izquierda, lleva ocho años en silla de ruedas. “Es imposible acceder a la estación sin pasar por la carretera”, y además una carretera que, por su adoquinado, “hace sufrir mucho a la silla de ruedas”, explica Joaquín Mora, que representa en Huelva al Foro ‘Vida Independiente’, colectivo que lucha a nivel nacional y con la participación de muchos países latinoamericanos, por la independencia de las personas con discapacidad.
Mora le ha hecho llegar esta denuncia tanto al alcalde de Huelva, Pedro Rodríguez, como al Defensor del Onubense, Manuel Rodríguez, pero lamenta que todas estas denuncias “la meten a trámite, pero las cosas no se arreglan”. Del mismo modo, el representante de ‘Vida Independiente’ aclara que situaciones como la de la estación de trenes de Huelva, “conculcan tanto a la Lismi (Ley de Integración Social de los Minusválidos) y a la Liundau (Ley de Igualdad de Oportunidades, No Discriminación y Accesibilidad Universal de las Personas con Discapacidad), como a la Convención sobre los derechos de las personas con Discapacidad de la ONU, firmado y ratificado por España”.

Los trabajadores de la estación lo corroboran
Empleados de la estación de Renfe de la capital onubense, que no han querido desvelar la identidad, corroboran las molestias denunciadas por Joaquín Mora. “Es rara la persona en silla de ruedas que viene a la estación que no se queja del trabajo que le cuesta llegar”, afirma uno de los trabajadores consultados. Otro de ellos cuenta el caso de “una chica que viene todos los días, y que siempre dice que cualquier día le pilla un coche”. Por eso consideran como “una muy buena noticia que un medio de comunicación se haga eco de estas denuncias para ver si pueden arreglar este asunto”.

¿Por qué no hay en Huelva un plan general de accesibilidad?
Es la pregunta que se hace Joaquín Mora, quien, entre indignado y resignado, pero sin ganas de bajar los brazos en su lucha por la independencia de las personas como él, lamenta la situación de una ciudad con demasiadas barreras arquitectónicas, “en la que sólo se parchea la situación cuando hacen alguna obra en algún barrio”, y a la que todavía le falta un largo trecho para que su política de urbanismo entienda que las personas que se desplazan en silla de ruedas tienen el mismo derecho que el resto a poder, por ejemplo, acceder solas a la estación de trenes de su ciudad.

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