La dureza de la calle tiene nuevos huéspedes desde hacie un buen tiempo. Del típico mendigo, con barbas, desaliñado y cargado de una botella de vino, a nuevos perfiles en los que sobresalen personas mayores con problemas de salud mental, en situación de exclusión y desarraigo, que han perdido su vivienda habitual y a pesar de haber solicitado una plaza en una residencia con carácter de emergencia no han ingresado con la celeridad que deberían. Le acompañan hombres de entre 45 y 60 años, muy deteriorados física y psicológicamente, “algunos llegan con el corazón dañado, creyendo que no se merecen otro estilo de vida más que ése”, describió ayer durante la presentación de la campaña del Día de los Sin Techo bajo el lema No tener hogar significa mucho más que estar sin techo, Ana Castro, coordinadora del centro de día de El Salvador que rige Cáritas.
Frente a la exclusión crónica emergen con fuerza jóvenes que comienzan un proceso de rehabilitación de las drogas y el alcohol, inmigrantes, mujeres víctimas de violencia de género que huyen de sus parejas y gente desempleada, que conforman un mosaico y heterogeneo cada vez más amplio de la población que vive bajo el umbral de la pobreza extraído de las estadísticas del albergue municipal correspondientes a 2007, que acogió a la mitad de usuarios que otros años, exactamente 433. (362 transeúntes, 63 personas en reinserción y 8 en emergencia social.tocar”. Unas cifras que, aunque descabelladas “a todos nos puede tocar”, señaló Castro.
El director de Cáritas Diocesana, Juan de los Ríos, apuntó que “en España hay unas 30.000 personas que carecen de vivienda y 1.500.000 que habitan en infraviviendas”, y de cada cuatro centros que hay abiertos tres son de titularidad pública y el 63,7% de los trabajadores son voluntarios. En este sentido, con la campaña de este año solicitan un mayor grado de implicación y “tener la conciencia siempre clara y despierta ante el problema”, a la vez que sirva para reivindicar a las autoridades que presten atención a este colectivo, “porque el ser humano necesita tener relaciones humanas y formar parte de un hogar”, señaló. Por su parte, Mamen López, coordinadora de personas sin hogar de Cáritas, recalcó que “el Gobierno no pone en marcha políticas para el que no tiene nada. Es penoso hacer un proceso de reinserción con este tipo de personas, cuando el último eslabón no se cumple, siendo los últimos de los últimos”, explicó López..
Calcular el número de personas exacto que duerme en las fauces de la calle no es simple. Lo cierto es que la unidad móvil de Cruz Roja atiende cada noche a unas 35 o 40 personas sin hogar. Mañana Cáritas intentará hacer llegar el lema de la campaña en una mesa informativa que instalará en la calle Larga.
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