Serbia 63
—España (24+28+15+18)—Ricky Rubio (10), Navarro (12), Rudy Fernández (13), Garbajosa (3) y Pau Gasol (18) –equipo inicial–, Raúl (2), Marc Gasol (6), Reyes (7), Llull (5), Mumbrú (0), Cabezas (7) y Claver (2).
—Serbia (14+15+15+19)—Tepic (2), Teodosic (5), Tripkovic (15), Krstic (12) y Velickovic (15) –equipo inicial–, Perovic (4), Macvan (0), Popovic (1), Paunic (1), Bjelica (0), Markovic (2) y Raduljica (6).
Árbitros: Romualdas Brazauskas (LIT), Lazaros Voreadis (GRE) y Shmuel Bachar (ISR).
Incidencias: Partido correspondiente a la final del Campeonato de Europa de baloncesto, disputado en el pabellón Spodek de Katowice (Polonia) ante 10.000 espectadores.
La selección española consiguió una medalla de oro histórica en el campeonato de Europa de baloncesto al vencer a la de Serbia por 85-63 tras disputar una final que dominó de principio a fin y en la que no dio opción alguna a su rival gracias a su baloncesto total.
La selección era consciente de que tenía que comenzar fuerte, seria, segura y lo hizo usando las armas habituales de los serbios: la perfección en los triples con tres de tres a cargo de Navarro, Ricky y Garbajosa.
No fueron tres triples seguidos sino que la selección los encajó en su juego interior-exterior, hasta desorientar completamente a los jugadores serbios, que ya no sabían hacia donde cargar la defensa.
Además, España comenzó a ajustar su defensa. Presionando, ayudando, corriendo. Ante tantas virtudes, Serbia no tenía otro remedio que ir perdiendo comba en el marcador, hasta que Raúl anotó en contraataque el 20-7, la guinda que faltaba.
Al final del primer cuarto, el equipo nacional ya había sentado las bases de su intención, con un 24-14 que ponía las cosas muy difíciles a los jóvenes serbios.
El inicio del segundo cuarto fue un tanto extraño porque a España le pitaron cinco personales en minuto y medio, pero salió a la pista Pau Gasol y todos se tranquilizaron. Con Pau en pista España volvió a su ser, a su juego y a su tarea. Felipe Reyes imantó los balones bajo los aros y Pau y Ricky rentabilizaron su particular conexión con un par de 'alley hop' que fueron muy aplaudidos por la Infanta Elena.
Las ventajas comenzaron a dispararse porque la selección no quitó el pie del acelerador y llegó a alcanzar los 23 puntos, 47-24 a los 18 minutos y 52-29 al final del período.
Serbia ya no sabía como atacar y menos aún como defender a una selección ávida de entrar en la historia, ávida de conseguir una medalla de oro, después de seis de plata en casi 75 años de campeonatos de Europa.
España ya no era la selección físicamente limitada de inicios de campeonato, que perdió con Serbia en el primer partido por 66-57, ahora es una máquina perfectamente engranada en la que todas las piezas responden a la perfección y que todas juntas multiplican su teórica calidad individual.
Serbia tiró de orgullo y de la calidad que tienen por arrobas para intentar apretar el marcador, pero el equipo nacional llevaba mucho tiempo esperando ser investido de oro y no estaba dispuesto a dejar la más mínima opción a nadie.
Por eso no fue una final bonita, ni competida. España no dio opción a nada. Se instaló en la veintena de puntos y no permitió que la emoción entrara en el partido.
Y cuando Serbia se puso a 14 puntos, 58-44, siguió trabajando, en defensa y en ataque, en contraataques y en robos; en hacer su baloncesto total que le había llevado hasta la final y que debía conducirle hasta lo más alto del podio por primera vez en la historia.
En apenas dos minutos volvió el margen de seguridad de los veinte puntos, 66-44, sin permitirse los españoles siquiera un segundo para coger aire. Con el 67-44, España concedió un parcial de quince iguales que dejaba la final prácticamente sentenciada.
Los últimos diez minutos fueron ya de auténtico trámite, con los titulares disfrutando del juego de sus compañeros, que no desmereció sino al contrario. Los intentos de triple de Marc y Reyes fue la única licencia, mientras en el banco español ya se celebraba la victoria.
ESPAÑA, en mayúsculas y en letras de oro.
Pau gasol, es el mvp
El español Pau Gasol fue nominado como el jugador más valioso, MVP por sus siglas en inglés, al término de la final, mientras que Rudy Fernández fue incluido en el quinteto ideal.
Además de Pau Gasol, que el pasado junio ganó su primer título de la NBA con los Lakers de Los Ángeles, y Rudy, también fueron incluidos en el quinteto ideal el esloveno Erazen Lorbek, el griego Vasileios Spanoulis y el serbio Milos Teodosic.
La selección española festejó la elección de Pau, mientras en las gradas se coreaba su nombre.
Gasol señaló tras recoger el prestigioso galardón que “este equipo se lo merece”. “Es maravilloso, es una experiencia de la vida que hay que saborear al máximo”, señaló Gasol con la medalla de oro colgada al cuello.
“Yo la beso, no la muerdo”, añadió el pívot, que recordó que llevaban “dos años intentando conseguir esta medalla tan preciosa que es grande y maravillosa”, y que la recordarán toda la vida “porque es difícil de conseguir”.
“Es alucinante, y estoy muy feliz. Todos sabíamos que esto era lo que soñábamos y también que era muy difícil, y este equipo se lo merece por la calidad humana y técnica que posee, y gracias a ellos estamos donde estamos”, comentó. Gasol recordó que dedicaba este triunfo a su familia, “que me ha educado y con la que he crecido”, dijo, y también a “la afición, a los compañeros y a la gente que nos apoya”.
Con esta victoria, la selección española se proclamó por primera vez campeona de Europa y saldó una deuda histórica después de haber perdido seis finales de esta competición. Al conjunto español, vigente campeón del mundo tras ganarlo en Japón’06, le falta tan solo ahora el oro olímpico tras las platas obtenidas en Los Ángeles’84 y Pekín’08.
Grecia queda tercera
Grecia consiguió la medalla de bronce tras vencer a Eslovenia en un agónico partido que se resolvió por la mínima ventaja, 57-56, en el último segundo.
Grecia, que vuelve a subirse a un podio europeo después de ganar el oro en 2005 en Serbia, dominó los dos primeros cuartos gracias a la superioridad de Schortsanitis bajo el tablero y a la falta de fuerzas de Eslovenia, que llegó a los partidos decisivos completamente exhausta.
Pese a todo, los helenos no acabaron de romper el partido y permitieron la recuperación de los eslovenos, al menos en lo moral, porque ganaron el parcial del tercer cuarto, 11-13, y se quedaron a cerca en el marcador, 42-37.
Eslovenia siguió forzando la máquina consiguiendo acercarse a un solo punto, 45-44, a los cuatro minutos del último periodo y 47-46 a cuatro del final. Los últimos minutos resultaron agónicos para los dos equipos, que agotaron, las más de las veces, la posesión en busca de puntos que apenas llegaron con cuentagotas durante todo el partido.
Saez: “España ha vuelto a dar una impresionante lección”
José Luis Sáez, presidente de la Federación Española de Baloncesto (FEB), destacó nada más concluir la final del Europeo que se siente “más que orgulloso” del equipo porque “ha vuelto a dar una impresionante lección de competitividad, concepto de equipo, compromiso y valores”.
En declaraciones que distribuyó la FEB, Sáez resaltó “el trabajo que todo el equipo ha realizado a lo largo del campeonato, en especial su forma de superar las dificultades. Ha sido una lección impresionante”.
“Estábamos convencidos de que no nos iban a defraudar, pero lo que hemos visto en estos últimos días aquí ha sobrepasado todo lo imaginable, no lo vamos a poder olvidar nunca”, manifestó.
“Esta selección merecía tener un oro europeo colgado del cuello, el que lamentablemente se nos escapó hace dos años en Madrid, y pasar a la historia como la primera en haberlo conseguido”, dijo.
“Lo que hace grande a este equipo no son sólo éxitos deportivos como el rubricado hoy aquí en Katowice sino también y sobre todo as sensaciones que transmite. Es un ejemplo para todo el deporte español”, indicó. La selección ha saldado una deuda histórica después de haber perdido seis finales de esta competición.
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