No puede decirse que fuese una matización, pero sí que no hubo la rotundidad de otras veces. Si en campaña Juanma Moreno llegó a acuñar el acrónimo BMI para referirse a la “bajada masiva de impuestos” que iba a aplicar cuando estuviera en la Junta, ahora su consejero de Hacienda, Industria y Energía, Juan Bravo, dice que sí, que “el horizonte es bajar los impuestos”, pero apostillando “siempre que se pueda”.
¿Dónde está entonces la frontera? Pues en no “afectar a los servicios esenciales”, y es que “principal objetivo” para Bravo “es la austeridad, controlar el gasto superfluo porque el dinero público es sagrado”. Así lo dejó dicho en su comparecencia en comisión en el Parlamento para explicar las líneas maestras de su departamento durante esta legislatura. El consejero tiene claro que “siempre que bajamos impuestos nos sale bien”, retrotrayéndose incluso a las políticas de José María Aznar.
Para el diputado socialista Antonio Ramírez de Arellano eso es llevar las cosas ya demasiado lejos, cuando considera evidente que “la realidad está llegando a sus playas”: se han rebajado los impuestos, sí, “pero a las grandes fortunas, y ya dicen que no se puede hacer más, cuando en su acuerdo hablaban de hacerlo para las clases medias. Incumplen hasta los compromisos entre ustedes”. Con estas palabras, Arellano apuntaba a las recientes declaraciones del propio presidente andaluz, quien alegó la “herencia envenenada” socialista para reconocer que no podrán bajar los impuestos comprometidos a la misma vez. “Si dijera que lo voy a hacer estaría mintiendo”, admitió, añadiendo que se hará de forma progresiva.
El problema es que los que tienen prisas son los socios externos del PP, un Vox que en la comisión enumeró una retahíla de impuestos que quieren bajar a la voz de ya: el de Trasmisiones Patrimoniales, el de Sociedades, retocar el tramo autonómico del IRPF, bajar el IVA a productos para niños y mayores, que la bajada en Sucesiones ya en marcha sea retroactiva...
Por su parte, José Luis Carno, de Adelante Andalucía, advertía de que eso de bajar impuestos son “cosas que se dicen en campaña”, pero hacerlo realidad supone “cargarnos el Estado de Bienestar. Y no lo digo yo, lo dijo el consejero de Economía, Conocimiento, Empresas y Universidad, Rogelio Velasco”.
Supervisión permanente
En su intervención, el consejero apostó por digitalizar la Administración, eliminar burocracia y licitar la contratación de todo el suministro eléctrico del sector autonómico con energías renovables. Anunció también que en 45 días se conocerán los resultados de las primeras auditorías a agencias públicas, comprometiéndose a que la supervisión sobre estos entes será “continua” para mejorar la eficiencia y “redirigir el gasto superfluo” a competencias como salud o educación.
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