Perder el norte en el fútbol es normal, incluso lícito dentro de la pasión. Pero el recorrido del Recre es tan complicado estos últimos años que todo lo que suponga un pequeño riesgo a mí me da pánico. Es innegable que estamos viviendo el mejor año en Segunda B desde nuestro descenso. Estamos a cinco punto de playoffs, el equipo parece bastante serio, y de la solidez defensiva del inicio de temporada se ha pasado a un conjunto que se entiende mejor en ataque y que ahora mismo, hasta el día de hoy, ofrece más garantías resultadistas que nunca.
Está claro ascender, si es que se puede y no hay problemas si se consiguiera, sería clave para la salvación del club. Pero he oído cantos de sirena que insinúan que quizás debemos aprovechar esta oportunidad haciendo un esfuerzo económico y endeudarnos un poco para intentar subir. Entiendo la postura. Es la visión del que se ve muerto y sabe que tiene que perder un poco más aún para poder sobrevivir. Pero no la comparto en absoluto.
De hecho, me parece más lícito el aligerar fichas deportivas que lleven un sobresueldo a lo que se refiere la realidad del club, y sustituirla por jugadores más económicos, o si me apuras, jóvenes de la cantera que puedan revalorizarse.
De ahí el titular de “que no nos mate la ilusión”. Hemos pagado hace nada cerca de cuatro millones de euros, debemos más de veinte (aunque diez sean al Ayuntamiento, que es un acreedor, digamos, bueno) como para pensar en gastar más dinero. Porque además, es una apuesta que creo que no se sustenta en nada. Primero porque no hay jugador caro que te asegure nada en esta categoría, además de que se puede lesionar, no adaptarse o simplemente tener una mala racha. Para eso hay que minimizar riesgos y quizás tirar de abajo o algo económico (como el fichaje de Chico Díaz).
Y segundo, porque nuestra situación es buena pero debemos mantener la calma: queda toda una vuelta por jugarse, estamos en enero y este club si tiene algo especial es que es completamente variable en rachas. El mayor fichaje e inversión que podemos realizar, creo yo, es en la exigencia de transparencia, profesionalidad y desgaste de sus gestores y propietarios y que realmente se cuente con toda la gente de Huelva y aficionados al Recreativo. Crear recremanía, pero de verdad. Porque eso no vale dinero, pero sí que atrae dinero. En mi mente aún suena el “pequeño esfuerzo” de Mendoza con Fuego y Colunga en Segunda. Y no funcionó. El resto ya lo sabéis. Eso sí, para atraer a la gente lo primero es seguir ganando. Y esperamos que esta semana siga la racha.
Envía tu noticia a: participa@andaluciainformacion.es
