Una mujer más acaba siendo asesinada brutalmente a manos de su expareja en Torremolinos, siendo la tercera en lo que va de año. Se presagia un mal año en cuanto a asesinatos de mujeres en manos de sus parejas o exparejas se refiere, no evidenciándose una disminución en los datos, a pesar del trabajo de concienciación que se está llevando a cabo, los tristes resultados resultados siguen apareciendo de forma cruel. El pasado 2018 dejó 47 víctimas, tres menos que en 2017, siendo Andalucía la comunidad autónoma con más casos de asesinatos con doce mujeres.
Ya se cuenta con unas 980 mujeres a las que apagaron sus vidas desde 2003, año en el que se empezó a contabilizar los asesinatos de violencia machista. En estos casos tan desconcertantes, también padecieron mortalmente unos 35 menores, consecuencia de dicha violencia. Esta situación debe cambiar de forma radical, no observándose que las estrategias y programas de prevención: formación, atención e información estén logrando unos resultados positivos que garanticen la seguridad de las mujeres en el seno familiar. Con datos como los emitidos, queda claro que las denuncias, hecho que hay que seguir incentivando, no siendo suficiente, puesto que de las mujeres asesinadas, 14 de ellas habían interpuesto denuncias por amenazas o agresiones sin que dicha acción evitaran los trágicos sucesos que se tornan en miedo a la hora de tomar dicha decisión. España es un país con una media de 140.000 denuncias anuales, cifra escalofriante que nos da una lectura educacional mal concebida, que debe atajarse desde la base, desde los cimientos, logrando encauzar a las nuevas generaciones evitando que “malnacidos” aparezcan en un futuro.
La situación actual para las autoridades es insostenible dado que más de medio millón de casos son seguidos a través del sistema Viogen, y sigue aumentando las cifras, que ya superan actualmente la capacidad policial para afrontar estos casos con total seguridad. Se avecinan tiempos difíciles y nuestras madres, hermanas, hijas, compañeras y amigas, merecen esa seguridad que les garanticen una vida sin miedo... aún estamos lejos.
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