El reencuentro

Publicado: 18/01/2019
El patio central de este edificio renacentista ha sido testigo de sucesivos encuentros y reencuentros
La toma de posesión de Juanma Moreno como presidente de la Junta ha sido un día de reencuentro, el de dos etapas del PP: el de la exvicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría con Pablo Casado, y el de dos corrientes del PSOE, la de Meritxell Batet y la de Susana Díaz.

Las puertas principales del antiguo Hospital de las Cinco Llagas, sede del Parlamento andaluz, sólo se abren en contadas ocasiones y hoy ha sido una de ellas, mientras que el patio central de este edificio renacentista ha sido testigo de sucesivos encuentros y reencuentros.

Allí en la puerta central, la nueva presidenta de la Cámara regional, Marta Bosquet (Ciudadanos), ha recibido a las principales autoridades que han asistido a la toma de posesión, que ha culminado una intensa semana tras el pleno de investidura de Juanma Moreno.

"Ya no estoy en política, ya no hablo de política", ha dicho Sáenz de Santamaría al explicar que su presencia en Sevilla se debía a "amistad", a los periodistas que han querido arrancarle unas palabras sobre el cambio político en Andalucía.

Antes de que ella llegara lo hizo Pablo Casado, el otro protagonista del día junto a Juanma Moreno, aunque la nube de informadores que acompañó la entrada del exjefe del Gobierno Mariano Rajoy fue similar a la que los rodeó a ellos, de los que rozan los límites de la seguridad y el sentido común.

Minutos después de acceder al Parlamento, Casado se volvió al percatarse de la llegada de Rajoy y Sáenz de Santamaría, para saludarlos y conversar con ellos, en uno de los momentos más fotografiados del día -a escasos metros estaban apostados setenta informadores, en su mayoría gráficos-.

La diferencia entre Rajoy y Casado ha sido que el primero, como Sáenz de Santamaría, marchó enseguida a ocupar su lugar en el salón de la toma de posesión, mientras que Casado y su esposa, Isabel Torres, permanecieron en el patio central.

Del casi millar de invitados a la toma de posesión, el que no se ha hecho una foto con Casado o no le ha estrechado la mano ha sido porque no ha querido.

El líder del PP ha dedicado media hora a saludar a cuantas personas se le han acercado, la mayoría de su partido y representantes municipales andaluces.

Esa media hora ha sido la transcurrida entre su llegada y de Moreno, momento en la que ambos se han fundido en un abrazo, rodeados por un gran número de informadores y seguidores y cuando a Moreno se le ha oído agradecerle a Casado que gran parte de todo lo que estaba sucediendo allí se debía a él.

Después de que Casado y Moreno hablaran unos minutos junto a sus esposas, trataron de acceder al salón para la toma de posesión, con tanta dificultad que tratando de superar el gentío la esposa de Moreno, Manuela Villena, perdió el equilibrio al llegar a un bordillo que, naturalmente, no podía ver.

Al mismo tiempo, la expresidenta de la Junta Susana Díaz accedía con mucha menor expectación al salón después de hacer unas declaraciones a los periodistas sobre su nueva situación en la oposición.

Presidentes autonómicos del PP como Ángel Garrido (Madrid), Fernando López Miras (Murcia) y Alberto Núñez Feijóo (Galicia) y la presidenta del Congreso, Ana Pastor, han asistido al acto, al término del cual el ex presidente de la Junta Manuel Chaves ha expresado su enhorabuena a Casado.

El otro ex presidente de la Junta que ha asistido ha sido José Rodríguez de la Borbolla, uno de los invitados más madrugadores y quien, al ser abordado por los periodistas sobre la crisis socialista en Andalucía, ha recurrido a palabras de Ignacio de Loyola: "En tiempos de consternación, no hacer mudanza".

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