La Puntilla

Andalucía, un cortijo sin dueño

Cortijo puede tener muchas interpretaciones, pero ninguna es compatible con “casa del pueblo”

Publicado: 11/01/2019 ·
10:45
· Actualizado: 11/01/2019 · 10:46
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  • Susana Díaz. -
Autor

Jesús González Beltrán

Jesús González es doctor en Historia. Catedrático de Historia Moderna en la Universidad de Cádiz

La Puntilla

La Puntilla es un análisis de la actualidad política, con especial referencia a El Puerto de Santa María

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El pueblo andaluz, que es sabio como ninguno, utiliza el lenguaje no solo para comunicarse, sino también como una herramienta con la que expresar de forma irónica posicionamientos y sentimientos. Así, durante años, para referirse a la administración de la Junta de Andalucía se decía “el cortijo del PSOE”. Cortijo puede tener muchas interpretaciones, pero ninguna es compatible con “casa del pueblo”.

Con la palabra cortijo se pretende establecer una relación temporal con el sistema de explotación de la tierra andaluza imperante desde la conquista castellana, el constituido por la gran propiedad, en manos de la nobleza privilegiada y labrada por una masa de míseros jornaleros sometidos a contrataciones temporales.

Es decir, con solo cuatro palabras, “el cortijo del PSOE”, se incidía en: el sentido de propiedad que el PSOE ejercía sobre la administración pública andaluza; en la existencia de una privilegiada clase político-administrativa perpetuada en los cargos y que se transmitía por derecho de carnet; y en el sometimiento de una ciudadanía que percibía inversiones y subvenciones en consonancia a su respaldo o no a los miembros del linaje en las elecciones de cada municipio.

En el último proceso electoral a los andaluces descontentos por el extremo izquierdo se han unido los que lo están por la extrema derecha y el resultado ha sido que el cortijo se ha quedado sin su dueño tradicional, al que ya solo respalda tres de cada diez andaluces.

La noticia no es aciaga. Aunque fuera por higiene y pulcritud democrática la renovación se hacía necesaria, casi imprescindible, después de casi 40 años de inmovilismo y continuidad.

Pero, ¿quién se hará cargo ahora del cortijo? En estos momentos hay dos empresas interesadas en su gestión, PP y Ciudadanos, manteniendo sus consejos de administración, con sede en Madrid, reuniones para valorar un posible acuerdo en la medida que incida favorablemente en proyectos generales que tienen planteados para el conjunto del territorio español.

Sería mantener la antigua política del PSOE, en la que Andalucía era un medio útil, no un fin en sí misma. Y por si el panorama no estuviera demasiado turbio, hay un socio, inevitable para que la operación fructifique, que propone volver a métodos de cultivo que utilicen el arado romano en vez de tractores, y si fuera preciso dejar el cortijo de erial con aprovechamiento como coto de caza.

Veremos cómo acaba todo. Y mientras tanto, los jornaleros míseros, que son muy conscientes de su miseria, pero que han olvidado que son jornaleros, hombres reivindicativos que gritan “tierra y libertad”, esperan al nuevo dueño, incapaces de forjar su propio futuro y el de su Andalucía.

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