Andalucía

"Si la gente no confía en los periodistas, ya no servimos"

La periodista Michaëla Cancela-Kieffer es docente en Google News Lab y una de las impulsoras del congreso 'Periodismo local en primera línea'

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  • La periodista Michaëla Cancela. -

Desde muy joven, Michaëla Cancela-Kieffer (Estrasburgo, Francia, 1971) decía que quería ser reportera internacional. Su tío, corresponsal, era su referente. Y ella hizo todo lo que estuvo en su mano para hacer carrera en el mundo del periodismo. De padre español y madre francesa, Michaëla estudió Ciencias Políticas y Derecho en Estrasburgo, para posteriormente cursar periodismo en la escuela de París. Pero su ambición no tenía techo y acabó consiguiendo un hueco en el máster de Periodismo de la Universidad de Columbia (Nueva York, EEUU). Con esa formación, no tardó en empezar a trabajar como freelance para France-Presse (AFP), la agencia de noticias más antigua del mundo y una de las más importantes.

Hay que defender el valor que tiene un periodista frente a alguien que crea una web para ganar dinero

Cancela-Kieffer trabajó como corresponsal para AFP en Kabul (Afganistán), aunque también ejerció como reportera en Israel o el Líbano, en plena guerra, antes de dirigir la oficina de la agencia en Colombia. Pero ahora se recorre todo el país en calidad de teaching fellow —docente titular— de Google News Lab, un programa de Google News Initiative que pretende ayudar a redacciones de todo el mundo a desarrollar proyectos de innovación editoriales y tecnológicos. Michaëla, además, es una de las impulsoras del congreso Periodismo local en primera línea celebrado en Cádiz.

¿A qué se dedica exactamente en Google News Lab?

Formo parte de un equipo conformado por periodistas, de medios como The Guardian, la BBC, AFP o Sky News, y trabajamos sobre tres pilares: experimentamos para ver cómo podemos usar las herramientas de Google a nivel periodístico; favorecemos alianzas entre medios muy centrados en la verificación y la lucha contra las noticias falsas; y ofrecemos formaciones en las que se muestran cómo sacarle partido a las herramientas del buscador. He estado dando vueltas por todas España desde el mes de julio y me he enamorado de muchas redacciones locales, por lo que llegué a la conclusión de que deberíamos destacar el valor del periodismo local.

¿Y por qué en Cádiz?

Hay muchas razones. El congreso se ha organizado por temáticas que tienen que ver con la actualidad y Cádiz está en primera línea de varios temas de relevancia nacional e internacional, como son la inmigración o el narcotráfico. Me parecía lógico venir aquí, donde también hay cosas muy positivas. Es una de las cunas del parlamentarismo español y, aquí se adoptó la primera ley de libertad de imprenta. Ya que hablamos de periodismo local no lo vamos a hacer en Madrid o Barcelona.

¿Cree que es más necesario que nunca este tipo de periodismo?

Sí, me parece fundamental. Lo primero, por razones obvias que tienen que ver con la fortaleza de la democracia. Se nos olvida mucho que las historias las descubren los periodistas locales, incluidos los casos de corrupción, pero a veces la prensa nacional retoma las informaciones sin mencionarlos. Imaginemos un país sin prensa local. Creo que es la mejor escuela de periodismo, es dónde estás mas cerca del terreno. Es importante estar a pie de calle porque son un nexo con las comunidades, que necesitan información de cosas prácticas.

¿Las redes sociales son aliadas o enemigas del periodismo?

(Piensa) No lo sé. Pongo el ejemplo de Youtube, donde si sabes buscar puedes encontrar de todo: tutoriales, información en directo, periodismo explicativo… Las redes son la viva imagen de la sociedad, puedes encontrar lo mejor y lo peor. Pero sí que es verdad que hay un problema de amplificación de noticias falsas.

¿Cómo se combate eso?

Es una de las prioridades absolutas de Google News Initiative. Lo primero que hay que hacer es educar a la gente. Hay que ir a los colegios para enseñarles a diferenciar entre un medio de verdad, con fuentes, y lo demás. La gente tiene que entender que cualquiera no es periodista y saber diferenciar entre una página satírica y una de noticias. Como periodistas tenemos que ser súper cautos y no publicar antes de tiempo. La carrera de la información hace que se nos olvide el rigor. Si no defendemos a la prensa, un día va a morir. Hay que defender el valor que tiene un periodista frente a alguien que crea una página para ganar dinero. Los medios deben trabajar juntos en ese sentido, aunque sean competencia, porque hablamos de un tema muy importante, porque los que no trabajan correctamente están dañando la imagen de la profesión y eso genera una pérdida de confianza tremenda. Si la gente no confía en nosotros, ya no servimos.

¿El periodista nace o se forma?

Soy de las que piensa que si no eres curioso y te interesa lo que pasa en el mundo y a otros seres humanos, no debes hacerte periodista. Hay que ser profundamente inquieto.

¿Dónde ha pasado más miedo como periodista?

En las revueltas de París de 2005. Allí una vez pasé miedo. Pero es verdad que la mayor parte del tiempo estás tan contenta por poder hacer lo que quieres que se te olvidan las consecuencias, aunque yo nunca he sido temeraria, soy muy prudente.

En Columbia se empapó de la cultura del 'fact-cheking' (verificación de datos), del que ahora se empieza a hablar en España.

El fact checking existe desde hace decenas de años en EEUU y la base son los periodistas que hay dentro de la redacción que verifican lo que publican otros periodistas. Todo, nombres, apellidos, datos, fechas... Son tan rigurosos que hacen que la gente confíe en ellos. Hace muchos años, los políticos llegaban a la gente gracias a nosotros exclusivamente, ahora ya no nos necesitan para eso, ¿entonces para qué vamos a servir? Para verificar si lo que acaba de decir es cierto o no.

En España es casi impensable implantar esa figura, por la situación que sufre el sector, ¿no cree?

Totalmente, pero por lo menos podemos intentar ser mucho más rigurosos con lo que publicamos. No precipitarse, esperar un poco y contar la historia bien contada. Como pululan tantas páginas que no son de verdad, si nos queremos distinguir de ellas lo tendremos que hacer así, siendo más exigentes con nosotros mismos.

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