Hace ahora dos años que el Instituto Nacional de Estadística anunciaba la previsión de las migraciones para las próximas dos décadas, advirtiendo de una paulatina despoblación, no solo del medio rural, sino de capitales de provincia como Jaén hacia otras ciudades del Mediterráneo como Málaga o la costa levantina, además de las clásicas Madrid y Barcelona. La fría y lenta reacción del Gobierno central en la época de Rajoy, el envejecimiento de la población, la baja tasa de natalidad, y la escalada de la emigración, están despoblando nuestra tierra y la capital, que también continúa perdiendo vecinos, sin ser capaz de acoger a ciudadanos del medio rural. Hace unos días, en una reunión para abordar el problema de la despoblación, cuando le referían al Gobierno la carencia de líneas de ADSL en muchos enclaves rurales, éste aludía a una empresa privada de implantación nacional por satélite. Sin embargo, tal vez no sepa que cobra a precio de oro la conexión con limitación de bajada de megas mensuales y que cuando a mitad de mes se acaba, no hay subvención que permita mantener la conexión, por lo que el negocio que alguien ha montado en el medio rural a partir del día 15 no dispone de internet. Y claro, el Gobierno sale del paso aludiendo a una empresa privada (que ya tiene bemoles) y se queda tan tranquilo. Y como niega el problema, pues no existe, y como no existe, no hay que poner solución. Y la gente se va.
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