Terremoto. Tsunami. Valen todos los sinónimos pero lo es por el voto de los ciudadanos. O por el no voto, por los que no se han acercado a las urnas para que el resultado fuera más intenso en la misma dirección o en la dirección contraria. Pero sólo se cuentan los votos, los no-votos, la abstención- no se contabiliza para construir nada. Todas las derechas, extrema, centrada y media se van a juntar para producir una presidencia distinta de la Susana Díaz, que se formará si logran ponerse de acuerdo. En el presidente y en el programa, en la presidencia del parlamento y en el reparto del gobierno. Mucha tela que cortar, pero tendrán que cortarla. No va a ser fácil porque Marín quiere la presidencia pero se antoja también imposible de entrada porque el PP no renunciará a su primacía.
Lo que haga Vox con sus diputados es predecible, imponer su programa extremo, que será muy distinto de lo conocido hasta ahora.
La posición de Susana Díaz y su discurso - bienintencionado con el objetivo exclusivo de ganar tiempo - no va a calar. No puede tener continuidad porque los partidos de la oposición - ahora mayoritaria- no están dispuestos a formar parte del “dique de contención “ por el que clama la presidenta contra la ultraderecha.
Un gobierno socialista en Andalucía es una quimera irrealizable. La bajada tan intensa en votos, la ausencia de socios que quieran su continuidad y la del PSOE hace muy difícil - casi imposible- todo lo que no sea un acuerdo entre las derechas.
Es la plasmación del mensaje de José María Aznar que ha asumido sin titubear el nuevo dirigente del PP, Casado , que dice que ganó con el voto directo de los afiliados, lo que es totalmente incierto, como Soraya recuerda cada día en privado.
La campaña, con intenciones muy ilusionantes y novedosas, de Adelante Andalucía no ha encontrado eco en los ciudadanos y, finalmente, no son llave de nada en el Parlamento de Andalucia. La llave se la queda Vox, que va tener el sí del PP a su programa hasta conseguir la investidura y luego hará lo que quiera porque no habrá mimbres para una moción de censura.
El seísmo es total, profundo y provocará cambios en la vida andaluza. También tendrá lecturas españolas. Los análisis darán muchas vueltas pero la realidad es sólo una: el Psoe ha perdido el poder.
