Quiero ser este año el primero en felicitar la Navidad. Vista la evolución de los usos y costumbres sociales patrios, el próximo finde o así la municipalidad adornará nuestras calles, como ya veo que ocurre en esas referencias comerciales (y sociales para los pre adolescentes) de nuestro tiempo: los supermercados chinos. Son cutres, pero sin duda un ejemplo de empresa familiar, tan acorde a estas fechas pre navideñas.
Observen que hasta las campañas electorales empiezan ya cuando se convocan comicios, o sea como dos meses antes, y no en los quince días reglamentarios. Para desgracia de algunos partidos, dado el resultado hasta ahora. Menuda pre navidad nos están dando algunos candidatos, quizás abrumados por ese ánimo que empapa a cualquiera cuando sabe, siente, por lo ancha que le quedan las camisas de repente, que le restan dos telediarios. Ya lo dijo el clásico italiano: el poder no desgasta, desgasta no tenerlo.
Volvamos a lo que acontece en la rúa. Tal y como ha ido el año, predigo cual calendario zaragozano una navidad sin precedentes en cuanto a número de gente, comidas, cenas, gin tónics y risas garganta profunda. Se nota la sensación de felicidad consumidora. Como si todo hubiese pasado. Como si tuviéramos el nivel de ingresos de antaño. Hay bares que ya cobran los altramuces, no hay que decir más.
Bueno, quizás se puede añadir una cifra: 1.002, el número de bares y sus hermanos pijos, los gastrobares, que abren ya en el centro de Sevillaland. Los 1.002 bares suponen unos trescientos más respecto a la última vez que el Ayuntamiento abordó tan hercúleo empeño estadístico. Hay cifras que dan mucho juego para quienes catalogan a ésta como tierra de farra y molicie. Aunque esta servirá para acrecentar nuestra imagen jaranera, ciertamente ese perfil de la ciudad no molesta lo más mínimo a buena parte de sus habitantes. Ser tachados de “bon vivants” se considera parte de un orgulloso estilo de vida, de un status superior a esos lugares de Europa donde el paro baja del 3% pero no saben gozar, pobrecicos.
Pues nada, quería hacer un artículo tierno, sentido, optimista, propio de estas pre fechas. Un artículo como hace el rey en su discurso, con sus palabras insustanciales en el fondo y muy cuidadas en la forma. O al revés. El pobre, también luce, como nuestros candidatos, la camisa holgada. Cuando Villarejo largue lo de su padre, temblará el misterio. Qué forma de contar la historia la del comisario, mis hijos toman apuntes ante el telediario. Menudo cuñado en la cena de Navidad.
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