En el estudio, realizado por el profesor Ferdinand Dudenhöffer, se indica que si Opel no se libera de GM, se verá abocada a la insolvencia y el cierre paulatino de sus plantas o sufrirá “una muerte lenta de su marca y de sus fábricas”.
El análisis señala que la declaración de insolvencia ha descargado de gastos a General Motors, pero ha debilitado profundamente la marca.
Asimismo subraya que la venta del Opel al grupo austro-canadiense Magna, que defienden el gobierno alemán y los de los cuatros estados federados germanos con plantas del fabricante europeo, conlleva menores riesgos para la casa matriz y su filial en Europa.
Dudenhöffer, experto en la industria alemana del automóvil, considera que la opción de la venta de Opel a Magna beneficiaría tanto al fabricante europeo como a su casa matriz, ya que abriría a ambos el mercado automovilístico de Rusia. “A GM le irán mejor las cosas si se concentra en su importante mercado estadounidense y en el mercado de futuro chino y quita las manos de una aventura europea”, afirma.
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