Dijo una vez Marcelino García Toral cuando estaba por tierras onubenses que la clave de la mejor temporada de la historia del Decano en Primera fue ganar confianza gracias a resultados especiales, como la victoria ante la Real Sociedad. La confianza la dan los puntos, pero también la forma de conseguirlos. Esta temporada estamos en un oasis en el que a muchos nos parece que el equipo de Salmerón es, precisamente, más equipo y está mejor conjuntado que en otras temporadas recientes, pero a la vez que falta algo más. Y faltar, falta. Para mi opinión en ambas áreas: la defensa tiene la suerte de contar con las milagrosas paradas de Marc Martínez y el ataque brilla por su ausencia, pero brilla. Brilla porque Caye Quintana o Quiles son capaces de dejar sus destellos y por el desgaste e ímpetu de Carlos Martínez. Pero también en la medular hay una ausencia de ‘algo’. Ese algo no es que nos creamos el Real Madrid o el Barcelona, nada más lejos de la realidad, pero quizás a veces a pesar de tener tres centrocampistas la creatividad es casi nula y la jugada se basa en el balón en largo.
Estas críticas, en la jornada que estamos y con tantísimos fichajes, están justificadas. Para que no leáis en estas líneas negatividad ni crítica destructiva diré que la 2ªB es así. El UCAM Murcia vino a hacer lo mismo que el Recre: defenderse bien y salir a matar. Con la diferencia de un presupuesto muy superior. Y también hay que decir que el Decano ha jugado ante rivales muy potentes, a priori, en la categoría. Badajoz, Cartagena, Murcia y UCAM no son moco de pavo. Equipos con argumentos, bien hechos y que deben estar arriba. De dificultad es duro hablar en esta categoría. Los filiales son impredecibles y cualquier equipo te pinta la cara.
Pero esta semana es clave porque hemos terminado el Tourmalet y nos enfrentamos a un ‘recién adquirido’ (compró su plaza), con una plantilla descompensada, grandes nombres con exceso de desmotivación y un entrenador nuevo. El Ibiza debería ser un regalo, una oportunidad. Me muerdo la lengua diciendo esto cuando nuestro Recre es el ‘equipo aspirina’ que da vida en los peores momentos a los rivales. Pero tengo que tener confianza. El equipo debe de generar más fútbol, me da igual que de forma directa o con más tranquilidad, pero debe finalizar jugadas en el área rival y no dejar que pisen la nuestra. Es la hora de cumplir esa premisa. Si no lo cumplimos, aunque sea pronto, pintará a ‘lo mismo de siempre’. En cambio, si tenemos peso en el césped, quizás nos dé por disfrutar un poco. Veremos qué tal.