Málaga

La desaceleración no “frena” la economía malagueña

La provincia de Málaga prevé en 2018 un crecimiento del 3 por ciento del PIB gracias al turismo y la construcción

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  • Turismo en Málaga. -
  • Málaga recupera el número de empresas creadas de forma interanual, 252 más respecto al mismo periodo del año anterior

El crecimiento económico de la provincia de Málaga durante el segundo trimestre de 2018 nota  la desaceleración pero en menor medida a la que experimentan Andalucía y el resto de España y, gracias al comportamiento del turismo y la construcción, se prevé que se pueda llegar a un crecimiento del PIB del 3 por ciento.

Así, según los datos facilitados el pasado viernes por el Barómetro Económico del Colegio de Economistas, Málaga recupera el número de empresas creadas de forma interanual,  252 más respecto al mismo periodo del año anterior, un incremento del 4,27 por ciento que contrasta con el descenso del 1,35 por ciento de Andalucía y del 2,64 por ciento de España.

Respecto a las empresas disueltas, fueron un 5,85 por ciento  más, un total de 959 en la provincia, lo cual puede ser achacable a la mayor creación de empresas de los años anteriores.

Además, mientras que en Málaga se cerraron un 18,6 por ciento de empresas respecto a las creadas del año anterior, en Andalucía esta cifra llegó al 21,38 por ciento y en España al 22,42 por ciento, lo que se traduce en que en Málaga fracasan menos las empresas.

Reducción del paro

Los economistas malagueños también destacan que la tasa de paro registrada en la provincia se reduce al 20,21 por ciento frente al 23 por ciento de Andalucía, siendo 159.800 los parados  y 631.000 los ocupados, descendiendo también los  trabajadores a tiempo parcial al 18 por ciento, cifra que había llegado a estar en el 22,4 por ciento.

Asimismo, los afiliados a la Seguridad Social alcanzaron su máximo desde el comienzo de la crisis, con 626.110 afiliados y un incremento de 25.899 personas entre julio de 2017 y julio de 2018, si bien esta cifra es inferior en 5.126 a la del año anterior.

En positivo

El turismo en Málaga crece en función del número de alojados en establecimientos hoteleros, con un aumento de  un 1,73 por ciento y 92.558 personas. Así,  se incrementó en 108.627 el número de extranjeros alojados en hoteles, mientras que los alojados en apartamentos turísticos sumaron 17.651 más, lo que coincide con el descenso de 16.071 turistas alojados en hoteles.

Además,  mientras que en Málaga se incrementaron en un 0,1 por ciento las pernoctaciones hoteleras, en Andalucía y en España descendieron un 0,86 y 0,03 por ciento.

Por otra parte, se ha experimentado un aumento del 6,40 por ciento en el tráfico aéreo de pasajeros, con un 10,36 en viajeros españoles y un 5,75 por ciento más de extranjeros, aunque hay un descenso durante julio y agosto.

También continúa el crecimiento del número de automóviles matriculados, con 5.584 más que en el periodo anterior, 14,6 por ciento.

Positivos también son los datos relativos a las viviendas visadas con un aumento  2.540 frente a 1.045 del periodo anterior, lo que se traduce en un incremento del 150 por ciento y en el ritmo de finalización de obrasen un 38 por ciento, el triple que en 2016.

Igualmente, el precio de la vivienda libre aumentó un cuatro por ciento, frente al 1,43 por ciento de Andalucía, mientras que el incremento  desde 2013 fue de  un 16 por ciento en Málaga y en Andalucía sólo un 3 por ciento.

En negativo

Por otra parte, desde el comienzo de la crisis el descenso del precio de la vivienda en Málaga ha sido inferior al andaluz, con un 28,42 por ciento frente al 31 por ciento de la comunidad autónoma. Otro punto negativo de este balance es la disminución en el número de importaciones y exportaciones, lo que ralentiza el consumo.

De este modo, los economistas malagueños aseguraron que esta desaceleración del crecimiento, que afecta en menor medida a Málaga por factores como la desestacionalización del turismo, se debe a las políticas aislacionistas de Trump, al bajo crecimiento de Europa y a la devaluación de la moneda turca, que ha afectado a los países de Sudamérica.

Además, afirman que  han influido el aumento del precio de la cesta de la compra y la electricidad, así como que el aumento de los salarios no ha alcanzado al del poder adquisitivo, lo que ha hecho disminuir el consumo. Por último, señalaron la incertidumbre política provocada por el Gobierno como condicionamiento para los inversores.

 

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