Educar para el futuro

El juego de las opiniones: la libertad de expresión

Dr. Antonio Monclova Bohórquez

Publicado: 14/09/2018 ·
09:56
· Actualizado: 14/09/2018 · 09:56
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Autor

Antonio Monclova

Antonio Monclova es biólogo, doctor en prehistoria y paleontología, master en arqueología y patrimonio

Educar para el futuro

Análisis, crítica y reflexión sobre las necesidades pedagógicas de la sociedad para difundir el conocimiento y la cultura

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La semana pasada traté sobre el aumento de la autocensura cuando se opina sobre algunos temas o en ciertos lugares, en gran medida por temor a ser atacado en las redes y medios de información, algo cada día más frecuente. Hay quienes consideran que tales ataques se escudan en falsos valores para atentar contra la libertad de expresión, mientras que otros consideran que impedir las opiniones y actuaciones causantes de que muchos ciudadanos se sientan ofendidos, indignados o atacados, no es lo mismo que ir contra la libertad de expresión.

Pero lo cierto es que por mucho que se molesten algunos, las personas o colectivos que se sienten ofendidos, indignados o atacados por un determinado comentario, declaración, imagen o chiste, tienen derecho a manifestar públicamente su protesta.
 

¿Estás de acuerdo en que se deberían establecer leyes que sancionen a los causantes de tales situaciones? Si lo estás, también lo estarás en que los colectivos sociales deberían emprender las acciones necesarias para manifestar su disgusto y solicitar que se creen las mencionadas leyes.

Pasemos a un ejemplo: En estos días se ha estrenado un documental sobre los hombres maltratados que trata el problema de una forma nada sexista ni machista (Mensaje 1º: debemos impedir su estreno porque los colectivos feministas se sienten ofendidos, indignados y atacados al considerar que es un intento de defender el patriarcado); pero el problema existe y para darle solución la sociedad debe conocerlo (Mensaje 2º: solucionar el problema implica modificar políticas que están favoreciendo a ciertos colectivos).

Lo que ocurrió fue que varios sectores intentaron impedir que se rodase el documental y los colectivos feministas boicotearon su estreno en Barcelona con indultos y amenazas.

Según lo expuesto anteriormente estas acciones no atentarían contra la libertad de expresión. ¿Sigues estando de acuerdo?

Que un ciudadano esté concienciado de que una determinada forma de pensar y actuar sea buena no implica que deba sentirse ofendido, indignado o atacado cada vez que otra persona exprese algo con lo que no esté de acuerdo, a menos que rompa la convivencia socialmente  establecida.
Cambiar el marco legal que rige esa convivencia para que un determinado sector social se sienta más cómodo es una imposición hipócrita y autoritaria adornada de falsos valores. Actuar con bondad no es necesariamente lo mismo que hacer lo correcto.
Somos responsables de educar a las nuevas generaciones para que ejerzan su libertad de expresión en el marco de una convivencia que no esté coartada por el buenismo irreflexivo, la inquisición de lo políticamente correcto, los intereses acomodaticios de minorías falsamente mayoritarias o porque haya quienes consideran perverso al que no opine como ellos.

Envía tu noticia a: participa@andaluciainformacion.es

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