Ya sean de carne o de atún, pocos gaditanos se han resistido a pasar ante la puerta del obrador y no entrar para degustar una de ellas. En 1940, un gallego abrió el negocio que se mantiene vivo y con mucha fuerza.
Cambio generacional
Ahora, después de muchísimos años al frente de la pastelería, Pedro Hidalgo ha decidido que es hora de descansar. Pero su jubilación no quiere decir que el negocio cierre sus puertas ya que Casa Hidalgo sigue estando en muy buenas manos. Uno de los hijos de Pedro será quien tome las riendas del negocio para seguir surtiendo de tan exquisito manjar a los paladares de gaditanos y turistas.
Las empanadas no van a cambiar
La receta mágica de las empanadas gallegas más famosas de la capital gaditana no se va a ver afectada por este cambio familiar ya que los artesanos que día a día hacen dichas delicias para el paladar siguen siendo los mismos de los últimos años.
Envía tu noticia a: participa@andaluciainformacion.es
