El Puerto

El Consistorio le niega “el pan y la sal” a un portuense

Tribuna libre de Luis Ángel Íñigo

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No ha dado fruto la labor que la Asamblea Taurina de Cádiz ha llevado a cabo para que la figura de un matador de toros portuense, que ha paseado el nombre de esta Tierra de Santa María por todo el orbe taurino americano, quedara inmortalizada en forma de un merecido azulejo en la Puerta Grande, sí en la PUERTA GRANDE, ya que se trataba de elogiar a Víctor Manuel Coronado, un TORERO GRANDE que nació sabiendo lo que era una panarria y se crio escuchando el “pito del Vaporcito” y disfrutando del aroma de las bodegas. Es vergonzoso que ésta “empática” ciudad enclavada en el sur de la Península Ibérica, que tan solidaria es para los que no han nacido en ella, le niegue el “pan” a quien tuvo que buscárselo fuera de ella y la “sal” a quien curtió su piel en los ruedos hispanoamericanos, defendiendo a “muleta y espada” la bandera verde y amarilla de El Puerto de Santa María. Feo comportamiento, digno de un toro manso y pregonado, el que se ha tenido con un portuense, su familia y una entidad sin ánimo de lucro ni de gloria, En fin el mandato de un Ayuntamiento dura cuatro años, y estamos seguro que más tarde o más temprano el azulejo se colocará para vergüenza de los que hoy en día no lo han permitido. Pero lo que perdurará para siempre es la concentración de numerosísimos profesionales y aficionados de la provincia el pasado viernes 3 en la calle, si en la CALLE, ya que no se les permitió la entrada a un edificio público como es la PLAZA REAL, que con su presencia honraron la memoria de un TORERO y acogieron a la familia del mismo.

Luis Ángel Iñigo

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