La escritura perpetua

Fanny Ardant

Hay algo que falla en la película ‘Lola Pater’, una cinta, dirigida por Nadir Moknèche, que pretende resultar transgresora en el fondo

Publicado: 30/07/2018 ·
19:10
· Actualizado: 30/07/2018 · 19:10
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Autor

Luis Eduardo Siles

Luis Eduardo Siles es periodista y escritor. Exdirector de informativos de Cadena Ser en Huelva y Odiel Información. Autor de 4 libros.

La escritura perpetua

Es un homenaje a la pasión por escribir. A través de temas culturales, cada artículo trata de formular una lectura de la vida y la política

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Hay algo que falla en la película ‘Lola Pater’, una cinta, dirigida por Nadir Moknèche, que pretende resultar transgresora en el fondo, pero en la forma presenta la dulzona esencia de una comedia romántica. En principio hay un error esencial: la gran actriz Fanny Ardant encarna a un hombre que decidió convertirse en mujer, pero Fanny Ardant es demasiado mujer, tiene un exceso de sensualidad/sexualidad femenina, una apariencia de aquellas mujeronas del cine antiguo del viejo Hollywood, que no hace creíble en ningún momento que se trate de un hombre, aunque Fanny Ardant sí expresa perfectamente con sus inagotables registros de actriz el perfil lacerante de persona herida recubierta de sobrevenida frivolidad que exige su personaje.

La película se sostiene sobre Fanny Ardant pero descarrila por numerosos sitios. ‘Lola Pater’ es la historia de un joven que sale en busca de su padre, que lo abandonó de niño, a los pocos días de la muerte imprevista -debido a un aneurisma- de la madre, a fin de solucionar algunas cuestiones relacionadas con la herencia y de realizar algún ajuste de cuentas emocional. Pero lo que el joven encuentra es que su padre se ha convertido en una mujer -el personaje de Fanny Ardant-, que vive en un pueblo lejano a París y se dedica a impartir clases de baile oriental. ‘Lola Pater’ plantea el tema de la transexualidad en el cada vez más radicalizado universo religioso de los árabes que habitan en París, pero se queda en un amago, para introducirse en la complicada relación padre-hijo, a la que esta película tampoco aporta ninguna respuesta convincente. El joven de origen argelino que vive en París -interpretado por un convincente Twfik Jallab- se llama en la película Zinedine, un nombre común entre ese colectivo de personas.

En ‘Lola Pater’ los temas están enunciados, pero no desarrollados. Hay multitud de cuestiones de interés que se quedan sin explicar. Aunque la película tiene esa fuerza que exhibe el cine francés desde hace años. Hay momentos poéticos, aunque otros, que deberían resultar duros, se resuelven en lo lacrimógeno. Pero queda la extraordinaria interpretación de Fanny Ardant. Ella está en casi todos los planos. Entre frívola y desgarrada. Excelente actriz. El crítico de cine Boquerini ha escrito estos días que Fanny Ardant, siendo aún muy joven, vino a España para hacerse novicia. Afortunadamente no entró en el convento y siguió su gran carrera de actriz.

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