Susana Díaz viaja este lunes a Madrid arrastrando una pesada maleta,
cargada de reivindicaciones y lastrada por la desconfianza tanto de la oposición, que no cree que la reunión con Pedro Sánchez sirva para nada, como de ella misma, que ha visto cómo el presidente del Gobierno le ha desmontado en pocas semanas el núcleo de su discurso.
Díaz está "descolocada". Lo dice abiertamente la oposición y lo reconoce en voz baja gente de su propio partido. Acude a la reunión con Pedro Sánchez, que
ya ha recibido a Urkullu, Torra y Feijóo, con una agenda llena de anotaciones a las que, sin verlas, Sánchez ya le ha dicho que no están en su hoja de ruta.
La presidenta de la Junta le insistirá a Sánchez sobre la
reforma del modelo de financiación autonómica, las inversiones en
infraestructuras fundamentales para la comunidad autónoma y la necesidad de redoblar esfuerzos para crear empleo. Pero lo hará sin demasiada convicción.
El Gobierno andaluz se ha ido
desinflando en su reivindicación. Y ya se conforma con que el CPFF, cuya reunión exigía a Rajoy para poner sobre la mesa un modelo de financiación, se limite a iniciar los trámites para poner en marcha los trabajos preparatorios de un estudio para abordar,
cuando toque (no en esta legislatura), la reforma del sistema de financiación autonómica.
La reunión de este lunes no es más que un
formalismo para Sánchez. Sin embargo, para Susana Díaz, es la oportunidad de demostrar que es capaz de reclamar al socialista lo mismo que reclamaba a Rajoy. Eso sí, con el
mismo previsible resultado con el Gobierno del PSOE que cuando gobernaba el PP.
Susana Díaz ha insistido en los últimos días en que la reunión será muy positiva y que Pedro Sánchez tendrá con Andalucía "la sensibilidad que no ha tenido Mariano Rajoy". Y a este respecto, explicó que la prueba es que
ya se han adoptado decisiones que la hacen pensar así.
La oposición cree que "más allá de un
encuentro protocolario razonable y normal en el ámbito de las relaciones entre el Gobierno de España y el de Andalucía", la reunión en la Moncloa "no va a traer buenas noticias", en palabras del líder de Cs, Juan Marín.
Los temas a tratar
La Junta fue implacable en la reclamación a Rajoy de un
nuevo modelo de financiación e hizo de esta reclamación uno de sus caballos de batalla frente al Gobierno del PP. Incluso tomó la iniciativa de proponer un nuevo modelo de financiación, según el cual la Junta debería recibir cada año
4.000 millones de euros más de los que recibe. Esta propuesta se hizo con María Jesús Montero, ahora ministra, como consejera de Hacienda.
Otro de los asuntos pendientes es el de las
infraestructuras. La Montero consejera reclamaba al PP casi 500 millones de euros más en inversiones en los PGE para este 2018.
Además, entre las inversiones urgentes que reclama la Junta se encuentran
dos tramos del Corredor Mediterráneo y el eje Algeciras-Bobadilla que conectaría con éste. Los PGE de 2018 contemplan para este tramo 15 millones de euros, mientras la Junta reclamaba 1.300 millones. Una de las primeras medidas adoptadas por el Gobierno de Sánchez fue licitar
26 kilómetros del trayecto, para los que destinará el Gobierno 20 millones de euros. Para la Junta, sigue siendo insuficiente.
Susana Díaz también lleva en su agenda otra reivindicación:
más dinero para luchar contra el paro.
Explicaciones en el Parlamento
El vicepresidente de la Junta,
Manuel Jiménez Barrios, informará el próximo jueves en comisión parlamentaria de la reunión que este lunes celebran Pedro Sánchez y Susana Díaz, y el consejero de Economía, Hacienda,
Antonio Ramírez de Arellano, hará lo propio el mismo día sobre la última reunión del Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF), celebrado el pasado jueves.