Según los datos de la balanza de pagos difundidos ayer por el Banco de España, la balanza por cuenta corriente –que recoge las transacciones de bienes, servicios, rentas y transferencias de España con el exterior– ha tenido este déficit debido sobre todo al saldo negativo del comercio exterior.
Así, la balanza comercial –diferencia entre importaciones y exportaciones– registró un déficit de 21.820,1 millones de euros, el 54,64% menos que en el primer semestre del año anterior, por la caída del comercio con el exterior.
La caída de la demanda interna hizo que las importaciones cayeran el 31,8% y las exportaciones el 20,9%.
El director del Instituto de Estudios Económicos (IEE), Juan Iranzo, declaró a Efe que las exportaciones españolas han caído mucho más que en otros países, lo que evidencia “nuestra pérdida” de competitividad.
Desde comienzos del 2009, el déficit por cuenta corriente fue disminuyendo a un ritmo cada vez mayor.
Además, los datos del primer semestre contrastan con la subida que aún registraba el déficit corriente en el mismo periodo de 2008, que fue del 14,39%.
“La corrección del déficit por cuenta corriente se debe al hundimiento de la demanda interna, del consumo y la inversión”, destacó Iranzo, quien consideró este saldo “excesivo” para la economía española, que cayó el 4,1% en el segundo trimestre. Así, explicó, nuestro ahorro resulta insuficiente para financiar el crecimiento del déficit público, lo que obliga a colocar la deuda en los mercados internacionales.
El informe del Banco de España señala que España tuvo una necesidad de financiación del exterior de 31.893,1 millones, el 41,85% menos que en el primer semestre de 2008.
La experta de Analistas Financieros Internacionales (AFI) Sara Baliña subrayó que el déficit corriente demuestra el ajuste que sufre la economía española y auguró que a final de año podría caer a la mitad con respecto a 2008.
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