La fórmula secreta de la vida está a tu alrededor. En esas personas que eliges para que caminen contigo. De nada sirve pensar que solo podrás disfrutar de este camino de la misma manera. Porque podrás llegar mucho más rápido, pero quizás no al lugar que te propusiste como meta. Que nos hace falta la compañía para sentirnos plenos. Para saber que, aunque en este preciso momento no lo necesitemos, tenemos alguien a quien recurrir cuando no podamos más. Cuando sintamos que nuestras fuerzas flaquean, o simplemente cuando queramos rendirnos antes de tiempo. Esa ayuda nos alentará y será el impulso que nos anime a seguir. Nadie debe abandonar sus metas, porque la vida quiere que nos vayamos superando día tras día. Por eso nos presenta nuevos retos, nos sorprende de varias formas o nos da un revés sin esperarlo. Para que aprendamos que nunca tenemos el control de todo aunque creamos tenerlo. Y por ello, somos nosotros los que elegimos a aquellas personas que queremos que permanezcan día a día al pie de cañón. Aquellas personas que nos acompañen a hacer nuestro camino mucho más ameno. Y aunque la vida sea un tránsito de personas, de momentos, de recuerdos... debemos saber que existen esas personas que permanecerán siempre.
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