El séptimo informe sobre las perspectivas de los alumnos de enseñanzas medias, que elabora la Cámara de Comercio, revela que un 44,6% aspira a ser funcionario, dato que supone un incremento de 5,5 puntos respecto de hace tres años, mientras que la proporción de quienes quieren ser empresarios es de sólo un 30,5%, 3,5 puntos menos en este periodo. La razón del incremento de aspirantes a la función pública es tener un puesto de trabajo seguro, un sueldo fijo y gozar de estabilidad. La mitad de los encuestados revela que éste sería también el consejo que recibirían de sus familiares si les preguntaran qué desearían para ellos en el futuro: “ser funcionario, con un empleo fijo para toda la vida”.
Nuestros jóvenes anteponen la seguridad al riesgo y son un exponente del pensamiento de la sociedad sevillana y andaluza, donde la mayor lacra es el desempleo (en torno al millón de parados), pero este conformismo y aversión al riesgo tiene como contrapartida que nuestra comunidad se halle en el furgón de cola en prácticamente todos los indicadores socioeconómicos, porque sin capacidad de iniciativa ni de innovación, en vez de progresar se acaba en el estancamiento y, a la larga, se retrocede. Frente a la idea de una juventud rebelde y con ansias de cambiar el mundo, el estudio de la Cámara confirma que es acomodaticia y que su mayor aspiración consiste en forma parte del sistema.
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