La mujer acusada de asesinato por la matar a un hombre en 2016 en Amate en un local usado por drogadictos que quemó unos días después ha declarado en el juicio que "quería darle un escarmiento y me volví loca, no sabía lo que hacía", tras repetir insistentemente que está "muy arrepentida".
La acusada, juzgada en la Audiencia de Sevilla por un jurado popular, se enfrenta a una petición de la Fiscalía de 30 años de cárcel por un delito de "asesinato con alevosía y ensañamiento" y otro de incendio con riesgo para quienes habitaban las casas colindantes, mientras que la defensa pide la libre absolución al alegar la eximente de trastorno mental debido a que la acusada tiene diagnosticado un trastorno disocial de personalidad y un largo historial de toxicomanía.
En la sesión de hoy la acusada ha respondido a las preguntas del fiscal y de su defensa y ha señalado que el día de los hechos, el 21 de septiembre de 2016, había consumido drogas junto al acusado a quien "quería darle un escarmiento" por una deuda de droga, ya que le había dado dinero para que le comprase unas pastillas que no le dio.
Ha afirmado que "se le fue de las manos" y que se volvió "loca" -según el relato de los hechos del escrito de acusación le golpeó violentamente con manos y puños, un martillo y un cuchillo mientras estaba maniatado y amordazado-, y que le dio pastillas de haloperidol (que también le inyectó con una jeringuilla) "para que no sufriera".
Dos días después volvió al local y lo incendió, según ha admitido para deshacerse de las pruebas y ante el olor que empezaba a desprender el cuerpo debido a la descomposición.
En el juicio también ha declarado uno de los bomberos que acudió a sofocar el fuego, que se propagó rapidamente y afectó a una vivienda aledaña, quien ha dicho que llegó a ver a la acusada en el exterior del local próxima a las llamas y la reconoció en comisaría.
Por su parte, el jefe de homicidios ha explicado que tras hablar con los describieron que había una mujer toxicómana que rondaba el lugar y con la descripción dieron con ella en los alrededores, la llevaron a comisaría y durante la declaración confesó los hechos.
En el juicio también ha testificado un hermano de la víctima si bien ha dicho que no tenía relación con él desde 2008 por sus problemas con las drogas (el fiscal reclama que la acusada indemnice con 90.000 euros a los tres hermanos de la víctima).
No obstante, al haber reconocido los hechos la acusada, las partes han renunciado a muchas pruebas y testificales por lo que se espera que el juicio termine mañana con la declaración de algún testigo más y los informes finales del fiscal y la defensa, tras lo cual el jurado recibirá el objeto del veredicto y se retirará a deliberar.
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