La sorpresiva llegada al poder de
Pedro Sánchez ganando una moción de censura desde fuera del Congreso ha supuesto para
Susana Díaz algo así como la visita del fantasma de las primarias pasadas. Los mismos argumentos con los que la presidenta andaluza forzó la dimisión de Pedro Sánchez antes de la investidura de
Mariano Rajoy se vuelven ahora contra ella.
Sánchez ha demostrado, a la vista está, que
sí se puede gobernar con 84 diputados, en contra de lo que Susana Díaz terminó por convertir en el mantra que obligó a Sánchez a dimitir. En Ferraz no ven grandes diferencias entre los 84 diputados del PSOE y los 134 del PP. Ninguno de los dos tiene "mayoría suficiente" y ambos necesitan
apoyos puntuales. Pero para el PSOE surgido de sus propias cenizas, eso no es un problema.
Sánchez tiene un Gobierno y
el Gobierno tiene unos presupuestos. La capacidad del PP de boicotearlos en el Senado es muy limitada. Y a los socialistas les toca mover ficha.
"Que se retraten los otros", vienen a decir.
Un nuevo escenario
En el entorno más próximo a Susana Díaz afirman que en Andalucía
nada cambia, de momento, salvo las circunstancias. Y que la presidenta, por ahora, insiste en agotar la legislatura. Pero reconocen que
tal vez en otoño se pueda pensar un adelanto electoral.
En el PSOE federal están convencidos de que el adelanto se producirá. Sánchez ha conseguido, seguramente contra todo pronóstico, que
la marca PSOE vuelva a vender, y Díaz tiene la oportunidad de aprovechar ese tirón. Las encuestas la dan vencedora, pero no mejora los peores resultados obtenidos por el PSOE.
A eso se suma que
el PP está en su peor momento y eso puede ser utilizado por Díaz para intentar alejar a su perseguidor. Y, además, está el
caso ERE. Una sentencia judicial en un caso de
corrupción ha acabado con el PP. En el fondo, Díaz teme que una sentencia de los ERE en plena campaña electoral le pueda pasar factura. La forma de eludirla es adelantarse a ella.
Buscando una fecha
La Ley Electoral establece que corresponde a la presidenta disolver el Parlamento y convocar elecciones. Éstas se celebrarían
54 días después de publicada la convocatoria en el BOJA. No pueden celebrarse del 1 de julio al 31 de agosto.
Si Díaz decidiera adelantar las elecciones, es probable que intentara adelantarse al
Día de la Constitución, que cumple 40 años. Para ello, debería convocar las elecciones en la primera semana de octubre.