Políticamente hablando, “el presidente ha muerto, viva el presidente”. Hoy mismo se celebra el primer Consejo de Ministros presidido por Pedro Sánchez tras haber accedido al cargo entrando por la gatera, por la puerta de atrás, que es lo mismo, apoyado por populistas, radicales, independentistas y los votos traidores de los peneuvistas que, una semana antes, habían aprobado los Presupuestos Generales del Estado y, por tanto, se supone que también la gestión del Partido Popular para llevarlos a cabo; así pues lo ratifico: “traidores”.
El acto ya se ha consumado y solo nos quedará un voto de confianza al Partido Socialista y a su Gobierno, esperando que no suceda lo que en ocasiones anteriores nos llevó a la ruina y al mayor paro de toda la Democracia. Por otra parte, el ex presidente ha presentado la dimisión como cabeza visible del PP y abandona la política tras 40 años de intensa actividad.
No soy quién, ni creo tener la capacidad suficiente para poder juzgar su actuación durante estos seis años que ha estado al frente del Gobierno, donde los casos de corrupción han aflorado por la siembra de Gobiernos anteriores; lo que sí puedo afirmar es que en este periodo nos ha sacado de una crisis sin precedentes que nos hubiera retrotraído a épocas anteriores a la Democracia, que se han recuperado casi los millones de puestos de trabajo y que la tasa de paro que dejó el de la Champion League, Zapatero, ha bajado del 27 al 15%, que los pensionistas siguen cobrando, que a los funcionarios se les ha descongelado el sueldo y que los afiliados a la Seguridad Social rondan los 19 millones.
Espero y deseo que el recién estrenado Gobierno socialista continúe con este crecimiento y no cometa los mismos errores de su antecesor antes de la llegada de Mariano Rajoy. Los dos grandes partidos de cara a unas próximas elecciones, tendrán la oportunidad de recuperar los votos perdidos en favor de los salvapatrias, cuyo único objetivo es su posición personal.
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