La empresa, que surgió a raíz de un curso de formación impulsado entre el Instituto para el Fomento, Empleo y Formación y la Confederación de Empresarios de Cádiz, tiene a su cargo a una veintena de trabajadores que desempeñan su trabajo en la capital gaditana especialmente.
La oferta de la empresa es bastante amplia ya que trabajan con niños, mayores, discapacitados o dependientes. Sus empleados se encargan de todos los aspectos que tienen que ver con la ayuda a las familias, desde llevar el niño al colegio hasta asear y acompañar al médico a una persona mayor o quedarse con un enfermo mientras se encuentra ingresado en el hospital.
María José Batista afirma que el objetivo de la empresa es cubrir los huecos a los que las familias no pueden hacer frente. “La oficina tiene horario de 09.00 a 14.00 horas para todo tipo de consultas que puedan surgir o personas que se quieran interesar por nuestra oferta, luego nuestro servicio se adapta a los horarios que nos pidan, estamos disponibles las 24 horas”.
En contra de lo que se pueda pensar, la Ley de la Dependencia no ha ayudado en demasía a esta empresa privada: “Nuestra experiencia es que ha beneficiado a las empresas que llevan a cabo este servicio contratadas por los Ayuntamientos, al resto en prácticamente nada”.
De ahí que las empresas privadas hayan pedido a los ayuntamientos que al menos ofrezcan información sobre estas entidades a las personas que lo necesiten. “A veces con la ayuda a domicilio envían a las casas a una persona que está durante dos horas con la persona que lo necesita, pero hay familias que necesitan un cuidador por más tiempo, y para esos casos podemos estar nosotros, si no se les da esa información, para nosotros es difícil”, explica Batista.
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