Corto plazo, entradas y exigir

Publicado: 29/01/2018
El largo plazo deportivo no nos suele ir bien. En agosto ya nos veíamos dominando el grupo IV y ahora casi a finales de enero estamos en tierra de nadie
El largo plazo deportivo no nos suele ir bien. En agosto, cuando por fin llegaron los fichajes, ya nos veíamos dominando el grupo IV, y ahora casi a finales de enero estamos en esa tierra de nadie en la que es más fácil caer que escalar puestos. Paciencia, trabajo y partido a partido, esa frase que muchos le atribuyen al Cholo Simeone pero que recuerdo perfectamente de los tiempos de Lucas Alcaraz, ante todo su primera época en Segunda que tan buenos frutos dejó. Por eso, cuando Boris se alza de entusiasmo y dice que no descarta los playoffs, esa energía se convierte en ilusión para la afición, pero también en una losa si no se cumple. Boris, que es un excelente delantero, le pediría que marcara su objetivo a jugar contra el Betis Deportivo, y luego el siguiente, y el siguiente… y si ganamos todos o tenemos una racha muy positiva, el resto se cumple solo.

Hablando del Betis Deportivo, habrá una pequeña invasión onubense en Sevilla. Y no pequeña por falta de ganas en la parroquia albiazul, si no por el ridículo número de entradas ofrecidas (700 nada más). No voy a discutir si las razones que pone el Betis son aceptables o no, cada uno sabrá, pero sí hay algo que se puede gritar a los cuatro vientos: esta afición del Recre es muy grande y lo demuestra de forma continua. Había gente haciendo cola desde las 8.30 horas, con el fresco que hace, para poder viajar a ver al equipo. Gestos que ya nos parecen cotidianos pero que no podemos obviar que son magníficos y excepcionales.

Porque magnífica y excepcional es esta afición que con todo lo que da, y lo que aún tiene que dar en un apoyo infinito a su club, se merece que el destino le regale cosas: partidos entretenidos y con victorias (ante todo, con victorias, que sumar puntos como sea es lo mejor ahora mismo), algún fichaje ilusionante que dé más acierto ofensivo al equipo y haga competencia a Boris y Gorka, pero ante todo, el regalo más grande por el que debemos ir a la fuente sin dudarlo: acabar con el embargo de una vez por todas.

El tema está enquistado y es normal que todos estemos nerviosos, yo el primero. Quedan cinco meses para junio y esto ya es intolerable. Porque esta afición que tanto da altruistamente también tiene todo el potencial para exigirlo. Ya es hora de que lo único que nos preocupe del fútbol sea la táctica, los goles o los fuera de juego, y no el agua caliente, las nóminas de esos benditos empleados o los recibos. Tenemos que exigir lo que hemos ganado en el día a día. ¡Seguimos!

 

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