Todo porque la empresa encargada de su ejecución (Begar) está metida de lleno en un concurso de acreedores y hasta que la justicia no resuelva esta situación no se sabrá qué va a pasar. De momento las instalaciones están empantanadas y llenas de escombros por todos sitios, algo que pone muy en seria duda la posibilidad de que los alumnos regresen a sus aulas el próximo mes de septiembre. Es la Junta la que debe de dar el paso adelante y poner fin a una situación que afecta a la educación de menores.
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