El Bipartito va a poner sobre la mesa en otoño una alternativa al desarrollo de esos terrenos en la que se recojan las pautas suficientes para llegar a un acuerdo con cada una de las tres partes. En la que afecta a Defensa, con la disposición del Ayuntamiento a que la Junta de Andalucía, a través de la Empresa Pública de Suelo de Andalucía (EPSA), urbanice los terrenos del ministerio, como solicita el PSOE haciéndose eco de lo que pretenden Defensa y la Administración autonómica.
En lo que respecta a la familia Vela de Flor y sin margen para la interpretación de las palabras de Carmen Pedemonte, socia de gobierno por el Partido Popular, teniendo en cuenta que esos terrenos se les expropiaron en su día y ahora tienen que recuperar lo que es suyo “en las mejores condiciones”.
Y en lo respecta a los pequeños propietarios, Pedemonte -acompañada por el delegado de Presidencia, Francisco Romero, en ausencia del alcalde- hay cinco años por delante para llegar a un acuerdo, queriendo transmitir con ello que no se van a hacer las cosas de la noche a la mañana.
Acuerdos, igual a desarrollo
Eso sí, la portavoz del PP y en estos momentos alcaldesa accidental, dejó claro también que no se agotará el plazo de cinco años o siete, si hay prórroga, que permite la reserva, y que el suelo se irá desarrollando en función de que se vayan llegando a acuerdos con los propietarios.
Si se llega a un acuerdo con Defensa, comenzará a desarrollarse el suelo de Defensa; si se llega con los reversionistas, se desarrollará ese suelo. Y lo mismo con los pequeños propietarios, aunque en este caso el desarrollo precisaría de la creación de unidades de ejecución. Y obviamente, se podrán desarrollar a la vez todos los suelos sobre los que exista consenso. “ Los que no lleguen a un acuerdo, tendrán sobre ellos la espada de Damocles de la expropiación”.
Las declaraciones de la portavoz del PP y el delegado de Presidencia, en representación del otro partido coaligado, ya se apuntaban en la sesión plenaria en la que el PSOE salió derrotado de la moción presentada para que el Ayuntamiento retirara la reserva de suelo y se sentara a negociar con Defensa, no sólo sobre los Polvorines, sino sobre el suelo militar de la ciudad, que era el matiz que incluía el portavoz del PSOE, Fernando López Gil, en la defensa de la moción.
Por cierto, la moción tuvo que ser matizada en la misma sesión plenaria y dejar en anular o revocar la reserva de suelo, en vez de no renovarla, ya que la última aprobación plenaria del Bipartito le daba esa vigencia de cinco años y posibilidad de prórroga por otros dos más.
Es lo que contempla la reforma de la Ley del Suelo, la cual pide también el informe del Consejo Consultivo de Andalucía, que no había sido tenida en cuenta por el PSOE al formular la moción y por lo cual López Gil pidió disculpas.
Rueda de prensa
Fue luego en una rueda de prensa cuando PA y PP matizaban su versión sobre lo que está ocurriendo en las conversaciones con Defensa, y de ahí que ambos partidos votaran no a “iniciar negociaciones” con el ministerio.
Pedemonte dice que no hay que iniciar nada porque ya existen negociaciones, las últimas de hace menos de un mes, aunque reconocía que la respuesta que había obtenido condicionaba el buen fin de las mismas a retirar la reserva de suelo.
No obstante, la interpretación de Pedemonte es que habría que retirar lareserva de suelo una vez que se llegue a un acuerdo firme entre el Ayuntamiento y Defensa, no antes. Y ahí es precisamente donde las posiciones son contrapuestas, habida cuenta de que el ministerio ha dejado claro que no negocia con la “espada de Damocles” de la reserva de suelo. Y menos aún, con la de la expropiación.
Pero ni un centímetro
Pedemonte se remitió al convenio de 2004 entre el Ministerio de Defensa y el Ayuntamiento, una ampliación del de 2002 de cuya firma se cumplen siete años, que se consiguieron con el PP en el Gobierno de Madrid y que “al Gobierno de Zapatero no le gustó”, lo que hizo que se rompieran las negociaciones.
Pedemonte utilizó todos los arguentos que ha venido utilizando hasta ahora el PA para asegurar que no se intentó engañar a Defensa, mientras que a López Gil lo invitaba a sumarse al trabajo, pero le recordó que es un miembro de la Corporación, pero no el interlocutor válido. “Reunirse puede reunirse con quien quieran para tomar café, pero el que tiene que negociar es el alcalde de San Fernando”.
Lo que sí reconoció Pedemonte es que a pesar de que existen negociaciones y de quehan existido, siete años después de firmarse el primer convenio no se ha desafectado “ni un centímetro cuadrado”.
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