La escultura, alegórica de un deportista, en concreto un corredor de fondo en el momento de iniciar su carrera, ha sido elaborada con materiales de deshecho por parte de su autor, que también ha realizado otras esculturas, como por ejemplo la relativa al Quijote y Sancho Panza que luce la sede de la Delegación municipal de Jédula.
Este trabajo artístico había sido todo una sorpresa para la alcaldesa de la ciudad, Josefa Caro, por parte de su compañero delegado de la barriada, Benito Huertas, quien no había dicho absolutamente nada de ella hasta su presentación a la regidora. Caro dijo tratarse de “una sorpresa magnífica” y “un símbolo de la vida más saludable, de la vida deportiva”.
Como anécdota, la alcaldesa ha encargado al joven jedulense otra escultura para instalarla en alguna barriada arcense.
Por su parte, Benito Huertas, admitió que el trabajo vendrá a darle más identidad a la avenida o travesía urbana, destacando que el autor de la escultura es un gran aficionado al deporte, y que ha participado en carreras tan importantes como los cien kilómetros de Ronda o la Subida al Veleta, una afición que comparte Francisco Ríos junto a su esposa. Huertas añadió que “lo mejor que puede haber en Jédula, en esta gran travesía que están disfrutando todos, es una obra de arte de alguien de Jédula como Francisco Ríos”.
El delegado declaró que espera que la misma sorpresa que se ha llevado la alcaldesa y él particularmente sea trasladada a todos los vecinos de Jédula. La escultura se encuentra situada justo a la entrada de la barriada y junto a lo que un día fue el cuartel de la Guardia Civil de la zona.
El autor señaló haber pensado en una escultura que pudiera gustar a todo el pueblo de Jédula, aunque su objetivo es invitar de algún modo a todos sus paisanos a hacer deporte valiéndose de la nueva travesía urbana.
Se da la circunstancia que Francisco Ríos es un trabajador de la Delegación de Jédula muy querido y apreciado por sus compañeros y vecinos.
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