Investigadores del grupo de investigación ‘Psicología Clínica y de la Salud’ de la Universidad de Sevilla, en colaboración con las Universidades de Huelva, Oviedo y Extremadura, han constatado que una de cada cuatro jóvenes (casi el 30%) sufre violencia de pareja sin ser consciente de ello. Además, en este trabajo también han medido los niveles de maltrato y la frecuencia de tolerancia, dos indicadores que según los resultados del estudio sigue creciendo entre los adolescentes tras más de diez años de seguimiento.
El resultado de esta investigación, realizado a estudiantes de cincuenta y siete centros de Educación Secundaria, Formación Profesional y universitaria repartidos en cinco provincias españolas (Huelva, Sevilla, La Coruña, Pontevedra y Asturias), pretende explorar la asociación entre las actitudes de rol de género y el reconocimiento del maltrato en jóvenes.
Tal y como recogen en el artículo titulado “Actitudes sexistas y reconocimiento del maltrato en parejas jóvenes" y publicado en la revista Atención Primaria, los expertos han encuestado a un total de 4.337 estudiantes de entre 15 y 26 años (40,6% chicos y 59,4% chicas) que mantuvieron una relación de pareja durante un mes o más y comprobaron que en muchas ocasiones resulta difícil por parte de las jóvenes identificar casos de malos tratos.
Para realizar el estudio, los investigadores emplearon un instrumento denominado Escala de Actitudes de Rol de Género, formada por 20 indicadores de actitudes igualitarias o sexistas a nivel familiar, social y laboral. “Para identificar si los jóvenes saben reconocer el maltrato, formulamos tres preguntas relativas a su relación interpersonal afectiva de pareja: ¿Te has sentido maltratado/a? ¿Sientes o has sentido miedo alguna vez de tu pareja? ¿Te sientes o te has sentido atrapado/a en tu relación?”, explica a la Fundación Descubre el investigador de la Universidad de Sevilla Luis Rodríguez Franco, responsable de este trabajo.
En este sentido, frente a un 68,6% que declaró no ser maltratada, un 26,4% de chicas jóvenes de entre 15 y 26 años son víctimas de malos tratos psicológicos sin ser conscientes de ello. “Estas cifras contrastan mucho con la población adulta, donde este tipo de maltrato no percibido se produce en un 12%”, compara este experto.
En el caso de los chicos, el 30% de los jóvenes sufre maltrato aunque no es consciente de ello. “Dado que conocíamos el porcentaje de chicas adolescentes que son víctimas de violencia por su pareja y lo desconocen, así como el dato de jóvenes varones que tampoco lo perciben, decidimos estudiar si la persona estaba en una situación de maltrato percibido, o por el contrario, no era percibido”, afirma Rodríguez.
Otro aspecto que los investigadores han recalcado en este trabajo es la percepción de los jóvenes sobre la violencia de pareja. “Las adolescentes asocian el maltrato con los castigos físicos. Si no reciben un golpe, un empujón o alguna acción violenta, no se sienten víctimas. En este sentido, queda mucho por hacer, ya que internacionalmente, la violencia de pareja se compone de diferentes tipos de maltrato, entre ellas la de género. En España, en cambio, se llama violencia de género a toda clase de abuso”, asegura el responsable del estudio.
Ocho formas de ejercer violencia de pareja
Así, los expertos hablan de ocho tipos de ejercer violencia de pareja en adolescentes, algunas de ellas utilizadas habitualmente en las relaciones aunque no reconocidas por la sociedad en general. Una de ellas es la denominada por desapego. “Es la más frecuente entre jóvenes y la que más ejercen los varones hacia sus parejas. Es una actitud de desinterés hacia la novia con casos como, por ejemplo, olvidar su cumpleaños o tratarla como a una más. El compromiso y el respeto que otros estudios demuestran que se adquiere durante el noviazgo, con este tipo de violencia por desapego desaparece entre los jóvenes”, matiza Rodríguez.
Otras formas de violencia de pareja son la humillación personal, la sexual, el castigo físico, la violencia de género, el castigo emocional (dejar de hablar como respuesta a una acción que no agrada) y la coerción. “La línea roja entre una forma de violencia u otra es mínima y se pueden dar los ocho tipos al mismo tiempo. De hecho, en este estudio vemos que a nivel de frecuencia, las diferentes clases de maltrato se incrementan a lo largo de los años. El físico menos, pero la conclusión es que no hemos mejorado lo esperable. Por ello, es crucial que la población sepa identificar cada una de ellas para poder atajar este problema crónico en nuestra sociedad”, apunta el responsable del estudio.
Además, otra cuestión que han analizado en este trabajo son los niveles de tolerancia hacia la violencia de pareja. “Las niñas y las adolescentes mantienen actitudes sexistas en su relación sentimental y lo hacen en porcentajes muy altos. Con el tiempo, hemos considerado que las campañas de prevención de violencia de pareja no deberían centrarse sólo en las maltratadas, a la vista del alto porcentaje que aun siéndolo, no son conscientes de ello. También deberían ir dirigidas a todas las chicas para no descartar así a ninguna persona vulnerable de sufrir este tipo de malos tratos”, propone Rodríguez.
Este trabajo de investigación, financiado por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, persigue lograr la equidad de género en la adolescencia y juventud. “El sexismo parece diï¬cultar el reconocimiento del maltrato. Por tanto, los esfuerzos deberían centrarse en los varones, por ser el grupo con actitudes más sexistas y quienes ejercen un tipo de maltrato que no es percibido por las víctimas”, puntualiza el responsable del estudio.